ziriza - Son cinco años consumiendo producto local, ecológico y de comercio justo. Siempre en grupo y dando brincos; un mes quedan en Belaskoain, al siguiente en Etxauri, luego Etxarri, Ziriza, Bidaurreta... Aunque se escape de los dominios del valle, los saltos llegan hasta Izkue. Es el grupo de consumo local del Valle de Etxauri, iniciativa que surge en el seno de Etxauribar lanean y que el pasado domingo celebró en Ziriza un lustro de vida. Champán y tarta incluidas. “Al final se está creando un tejido social, que es lo importante y lo bonito. Y por supuesto se fomenta el consumo local, el consumo responsable, el consumo ecológico... Esa es la filosofía del grupo”, defiende Irene Antona, vecina de Bidaurreta de 37 años e integrante del grupo desde sus orígenes.

Al principio lo conformaban una docena de familias. Ahora ya son 36. “La cosa funciona, la verdad es que no hacemos publicidad y la gente se va animando. Tampoco sabemos cuántas familias puede soportar el grupo, porque el sistema de funcionamiento no está preparado para 50 o para 80 familias”, explica. Un modus operandi que también ha ido evolucionando con el tiempo “porque empezamos con lo típico, un Excel en el que una persona tenía que ir metiendo todos los pedidos. Ahora ya contamos con una página web específica para grupos de consumo que creó un chico asturiano para su grupo, y además quería que se difundiera entre los demás grupos. Y ahora ya pagamos con tarjeta de crédito. Tenemos un datáfono y no tenemos que andar con dinero de por medio”, detalla Irene.

¿cómo funciona? El grupo se reúne una mañana de domingo al mes en alguno de los pueblos que conforman el valle, y que va rotando. “Ese día cada persona del grupo se encarga de llevar un alimento, o dos, o ninguno el que se ha encargado de llevar las cuentas o la página web”. Previamente “abrimos la página web una semana, y durante ese tiempo puedes hacer la compra con el carrito con todos nuestros productos, como en el Eroski on line”. Después “a la gente que se encarga de cada producto le llega un correo con la cantidad que tiene que pedir. Por ejemplo, yo me encargo de las naranjas, me llega el total, hablo con el productor y el domingo siguiente llevo las naranjas. Otro lleva el queso, otro los huevos, la carne... Allí ponemos las diferentes cestas, tú coges la tuya y te la llevas a casa”. La compra se etiqueta de tres formas: local, ecológico (local o no) y de comercio justo para chocolates, café, cacao y ese tipo de productos.

Pertenecer al grupo “implica coger una tarea, y vamos rotando las funciones, porque la tesorería o llevar la web es lo que más trabajo requiere”. Un dato más. Para cubrir sus pequeños gastos -mantenimiento de web y envíos- al pueblo al que le toca el reparto dominguero se le asigna de propina la tarea de elaborar pintxos. “La gente coge un pintxo, echa un euro al bote y así nos financiamos”, dice Irene.

“hacer valle” El de consumo es uno más de los grupos de trabajo específicos creados desde Etxauribar lanean, colectivo que surgió en plena crisis (2013) y comenzó desarrollando un listado de servicios y productos que se ofrecían en el valle, para incentivar así el consumo en casa. “Podríamos resumir todos los trabajos en dos grandes líneas: el tema económico y de aprovechamiento sostenible de recursos, y los grupos enfocados a mejorar la calidad de vida, las relaciones sociales entre los habitantes del valle. En otras palabras, hacer valle”, describen desde el grupo. “Pasito a pasito, sin poner metas muy altas” y con “sencillez y autenticidad”, como ellos mismos dicen, han creado un carnaval propio con su Gerexipot, el malvado robacerezas como personaje principal, han impulsado la Feria de la Cereza, tienen un grupo de jardinería en auzolan, otro de trueke, etc... “Veíamos cómo los pueblos se estaban quedando aislados entre sí, se perdía la esencia de valle. Esto da pie a que nos conozcamos entre la gente del valle, y de ahí están saliendo iniciativas nuevas. Yo llevo 13 años en el valle y no conocía a nadie de los pueblos vecinos. A través de esta asociación te vas moviendo, y hoy puedo decir que conozco a gente de todos los pueblos del valle”, finaliza Irene.