Cuando una formación política no cuenta con mayoría para gobernar ni con capacidad para buscar acuerdos que le permitan llevar a cabo sus proyectos, se suelen producir prisas y descoordinaciones, algunas tan evidentes como la ocurrida esta semana a Navarra Suma a cuenta del futuro que le espera al antiguo convento de las Agustinas de San Pedro en el parque de Aranzadi, que desde 2011 es de propiedad municipal y tiene como destino un uso dotacional.

Resulta que el equipo de Gobierno, después de que las formaciones de progreso aprobaran el miércoles una iniciativa en la Comisión de Urbanismo para habilitar un santuario para gatos urbanos, emitió un comunicado anunciando que está trabajando en una nueva ordenanza sobre animales de compañía y que además, qué casualidad, se acondicionará un espacio para acoger a los gatos urbanos. En la nota se citaba como posible ubicación para el santuario felino el citado convento de las Agustinas.

Hasta ahí todo normal, más allá de la habitual estrategia informativa de Navarra Suma, que para contrarrestar su minoría emite notas para ocultar su falta de iniciativas y tapar las que sacan adelante los grupos progresistas.

Lo sorprendente llegó al día siguiente, cuando el Ayuntamiento anunció que ha iniciado los contactos para dar forma al denominado Hub Audiovisual, un laboratorio y espacio de encuentro de empresas del sector en Iruña, que estaría ubicado precisamente en el mencionado convento de las Agustinas.

Como no resulta muy factible imaginar que gatos y cineastas puedan compartir un mismo inmueble, cabe interpretar que, o bien Fernando Villanueva, concejal de Sanidad, o bien Ana Elizalde, concejala de Gobierno Estratégico, Comercio y Turismo, anduvieron un poco despistados. Se lo recordó Geroa Bai, que mostró su preocupación y sorpresa al conocer que en intervalo de dos días el equipo de gobierno había realizado dos propuestas de uso diferentes para un mismo espacio. La coalición se mostró preocupada por la falta de liderazgo del alcalde Maya en lo referente a la coordinación de las áreas municipales y exigió rigor en las propuestas elaboradas por las mismas. El tiempo dirá en qué termina el convento de las Agustinas, si para gatos o para películas.