- Pérdidas monetarias, decenas de contratos que se hacían para los días de San Fermín perdidos, y sobre todo una pena. Agentes festivos y representantes de colectivos culturales protagonistas de San Fermín coincidieron ayer en que era algo "que se veía venir", y la mayoría ya mira al 2021, porque ven difícil que este año haya fiesta.

Desde la banda municipal La Pamplonesa, su presidenta Nekane Solana manifestó que para la agrupación, que fue la última que lanzó el Chupinazo (el año pasado) supone "mucha pena, aunque todos nos lo imaginábamos". Así mostró "total comprensión con la decisión ante la situación que vivimos" y respecto a si pudieran celebrarse en otra fecha este año indicó que para ello debe haber una "garantía de seguridad sanitaria para todos" aunque "veremos qué posibilidades hay de reinventarlos".

La famosa churrería de La Mañueta dejará este año de hacer 15 contratos para las personas que colaboraban en el negocio familiar durante las 8 mañanas de San Fermín, pero ayer el dolor era mucho más profundo. Emocionadísimo, Fermín Elizalde, uno de los hijos de Paulina Fernández, indicó que "lo que más nos duele es el corazón". "Ha sido una pena terrible, se me han saltado hasta las lágrimas", dijo, aunque acto seguido añadió que "nos levantaremos". La churrería confía en poder abrir en octubre, como suele hacer los cuatro domingos de ese mes, pero, quizá, San Saturnino sea otra cita especial este año.

Llevan desde 1992 cumpliendo con la cita de San Fermín de forma ininterrumpida. Para Xabi Aldaz, de la carpintería Hermanos Aldaz que coloca el vallado del encierro, "es una lástima", aunque "creo que no está el ambiente para hacer celebraciones", y, sobre todo, "por respeto", opinó. La carpintería juntaba a 60 trabajadores de forma temporal durante estos días y los previos a la fiesta. Aldaz ve "improbable" que la fiesta pueda ser en otra fecha, pero "los de 2021 seguro que son los mejores de la historia".

También Javier Leoz, párroco de San Lorenzo, se mostraba optimista con el futuro de la fiesta. Así, escribió unas palabras en las que decía: "Se podrán suspender las fiestas de San Fermín pero no hay virus que pueda con esa otra gran fiesta que se celebra, se vive, se canta, se baila, se cultiva, se reza y se llora en la entraña de cada navarro o pamplonés". Por su parte, Mikel Ayestarán, presidente de la Sociedad Napardi, fundada en 1953 y con 200 socios, manifestó que "nos parece una gran pérdida para Pamplona, para la fiesta y para nosotros, que cada año dábamos el Gallico de Oro, pero anteponemos la salud de la gente a cualquier cosa", y añadió que "estaremos a ver lo qué pasa", pero dudó de que, a priori, y tal y como siguen las normas sanitarias, puedan reunirse en sus locales a celebrar este 6 de julio, aunque sea de puertas adentro.

Peio Mariñelarena, presidente saliente de la Sociedad Gazteluleku, indicó que "era algo esperado, pero cuando se oficializa es muy triste". Gazteluleku organiza el Toro Jugoso de la Feria y es parada obligatoria en la calle San Francisco por su sorbete, "Somos un pequeño motor de la fiesta y es duro, pero renaceremos". Respecto a si será antes de que acabe el año, opinó que "sería bonito porque los Sanfermines del 78 en septiembre fueron maravillosos, pero, si no, nos inventaremos otra fiesta".

Aritz Ibañez, director de Duguna Dantza Taldea, señaló que "para los colectivos culturales vinculados a San Fermín es un palo", porque "para nosotros, los Sanfermines prácticamente son nuestra razón de ser". Duguna, que protagoniza la Procesión y la Octava, es uno de los grupos culturales que firma convenio con el Ayuntamiento, un acuerdo que les comprometía a 9 actuaciones y que ahora no saben cómo se resolverá. "Va a ser un año prácticamente en blanco". Su ultima actuación fue el día de San Blas, el 3 de febrero.

"Lo que más nos duele ahora es el corazón,

pero nos levantaremos"

Churrería La Mañueta

"No hay virus que pueda con esa fiesta que vive en cada pamplonés"

Párroco de San Lorenzo