- "Cuando lleguen la hora del Chupinazo me van a dar ganas de meter la cabeza bajo tierra. Prefiero trabajar, no quiero saber nada de ese día". Así se manifestaba el jueves Aritz Ibáñez, dantzari del grupo Duguna que acompaña a la corporación municipal en los actos oficiales del 7 y 14 de julio, además de otras celebraciones como el Privilegio de la Unión o San Saturnino.

Durante el confinamiento, 30 integrantes del grupo han mantenido los ensayos por vía telemática una vez por semana con la vista puesta en las actuaciones previstas, pero la crisis de la pandemia puede obligarles a suspender la programación de todo el año, incluido un viaje a Estados Unidos en verano para un acto de recuerdo a la diáspora vasca y otras actuaciones en Baigorri o Bilbao.

Aunque asegura que la suspensión de las fiestas no ha sido algo traumático para él y que ya llegará 2021 para poder disfrutarlas , reconoce que económica y emocionalmente va a suponer un "palo muy gordo" para la ciudad y que en estas circunstancias no tiene demasiado sentido celebrar nada.

Aun así, es consciente de que el 6 de julio llegará y que los pamploneses van a experimentar un momento difícil y muy extraño. Preguntado por la posibilidad de realizar alguna celebración comentó que "hacerlo a medias va a ser más duro. No me van a dar ganas de nada, pero igual sí me termino por poner el pañuelo" comentó en referencia a lo que se sucederá cuando llegue el mediodía del 6 de julio. Tiene claro que la suspensión de los Sanfermines no tiene forma posible de compensación y reconoce que dada la naturaleza de las fiestas de Pamplona no tenía sentido que se celebraran.