- Apenas se les conoce porque el escuadrón de microbiología se encuentra en la retaguardia de combate contra el covid-19. Es el CSI del virus. Desde el laboratorio del CHN (pabellón L) son capaces de reconocer cada día cerca de 1.200-1.300 muestras sospechosas y extraer al milímetro todas sus entrañas, el núcleo genético que permite delatar al virus allí donde se esconde. La policía científica que delata al asesino de esta película. El equipo de especialistas con sus sofisticados sistemas investiga durante 24 horas y de lunes a domingo la identidad del patógeno invisible que tiene en jaque a todo el planeta. En el servicio de microbiología del Complejo Hospitalario de Navarra hay 25 técnicos trabajando con el covid-19. Desde finales de febrero han realizado cerca de 40.000 pruebas PCR. Disponen para ello de equipos técnicos tremendamente avanzados y personal especializado lo que les permite en cualquier momento triplicar su capacidad de trabajo. "Podríamos hacer hasta 3.500 tranquilamente, sin ningún estrés, hay capacidad y las condiciones del laboratorio son óptimas. Se está haciendo un trabajo fantástico porque el equipo es fabuloso", admite Carmen Ezpeleta, jefa del Servicio de Microbiología Clínica del CHN, que lleva diez años al frente del servicio y con experiencia en otros hospitales. No es el primer virus que ha vigilado de cerca. Nacida en Aranaz (Bortziriak) le ha tocado el ébola en Pamplona y la gripe aviar en Bizkaia, otra pandemia terrible, asegura. "Fue en 2009 y la recuerdo con terror, en aquel momento en Bizkaia no había gente ni equipos. La situación ahora es mucho más satisfactoria", relata. De hecho si hubiera un rebrote del virus existe ese potencial. ¿Temor? "No es temor pero puede ocurrir", destaca quien pide a su vez prudencia y protección a la población, sobre todo, para evitar aglomeraciones en espacios de ocio como terrazas y zonas de encuentro.

Ezpeleza comparte la nueva estrategia de la consejería de Salud para conocer la red de contactos de las personas contagiadas a través de los centros de salud. Con apenas 14 infectados diarios "ahora lo importante es saber de dónde vienen esos contagios". "Tenemos que llegar a saber dónde se producen y lo podemos hacer teniendo tan pocos positivos; buscar esa red es clave en este momento aunque no tengan síntomas", asegura mientras señala con orgullo el Covidómetro, la pizarra que semanas atrás ha estado al rojo vivo.

Desde finales de febrero suman 39.743 PCR en el CHN de las cuales 6.590 han resultado positivas. Una cifra que supone 61,69/1.000 habitantes, "muy elevada comparándola con los países de nuestro entorno" y, presume, solo superada por Islandia con 135 y Luxemburgo con 67.

A Carmen se le iluminan los ojos cuando habla de robots, reactivos y softwares que buscan y amplifican genes específicos. Tienen de todo, explica con vehemencia, "estamos muy bien dotados", y son capaces, reitera, de responder a cualquier pedido en un tiempo de cuatro horas, lo que se considera un récord. "Los tiempos de respuesta son muy buenos, lo normal es tener resultados en siete horas pero si hay un pedido concreto, hoy mismo se ha producido para una endoscopia, está en cuatro horas", confirma. La pena, indica, es que les faltan material, reactivos para poder utilizar los robots más complejos capaces de realizar todo el proceso de extracción y análisis del material genético del virus. "Nos llegan 500 reactivos al día y estaría bien poder disponer de 1.500", refrenda.

Al pabellón L del CHN llegan muestras de mucosas respiratorias (extraídas de las mucosas de nariz y garganta) procedentes del CHN, de los hospitales de Tudela y Estella, de la red de Atención Primaria, de la Clínica San Miguel y a la clínica San Juan de Dios. "Hay pacientes a los que se les ha hecho hasta cuatro veces hasta que den negativo", indican. La mayoría de los test se hacen en un laboratorio de bioseguridad de nivel 3, "y no hay muchos así". Al mismo se accede con traje EPI. El resto trabaja con guantes y mascarillas. Suficiente. Mucho contacto con el virus pero nadie mejor que ellos lo ha sabido esquivar. Por algo les ponen cara. "Nadie de microbiología se ha cogido el covid y somos un montón de gente", apostilla.

La PCR es una técnica que permite pasar el RNA del virus a DNA con "una transcriptasa inversa". "A partir del DNA se obtiene muchísimas copias de ADN y después con una sonda dirigida a los genes del virus que buscamos, si se detectan los genes es positiva y si no es negativa", recalca.

Después, la muestra baja por un montacargas al laboratorio PCR de la primera planta. Si el equipo elegido es un robot (hay 4 y se van a adquirir otros 4) es el que se encarga de la extracción de ácidos nucleicos y de "dispensar la Mastermix" (mezcla con reactivo) en cada una de las muestras. Una vez acabado el proceso la muestra pasa al termociclador en una placa donde caben 96 muestras cada vez. También se puede hacer la extracción del núcleo con un equipo Mag Core (con forma de horno). Después, se utiliza una campana para disolver manualmente los diferentes reactivos (hay varios en el mercado) antes de pasar a un termociclador del que saldrán los resultados finales a un ordenador. Ezpeleta trata de ser lo más precisa posible: "Se ven los negativos con curvas planas y los positivos que detectan un gen de los que buscamos con curvas positivas, y según el ciclo de curva corresponde a una carga vial. Por ejemplo, si es 15 de CT es mucho más positivo que una curva con 35. El CT indica en que punto de los 40 ciclos de la PCR se va a detectar; cuanto más virus hay antes se detecta". El coste de los PCR es de 25-27 euros mientras que con los robots se reduce a los 18. La serología cuesta mucho menos, 3,5 euros por muestra.