ola personas. Iré al grano: estoy avergonzado de la poca responsabilidad, de la nula cabeza y de la poca consideración con los demás que están demostrando en nuestra ciudad un grandísimo número de energúmenos que, pasándose por el forro las normas de precaución sanitarias dictadas por quien de esto sabe, están planeando unos Sanfermines oficiosos los días 6 y 7 de julio con celebración masiva de almuerzos la mañana del 6 y todo lo que este hecho acarree después. Los almuerzos no acabarán ahí, ellos serán el comienzo de un desmadre generalizado que una vez terminados llevará a los almorzantes a las calles de Pamplona bien cargaditos de "razones" con 7 calimochos y 3 pacharanes en todo lo alto que sin duda alguna les van a llevar a tomar las precisas medidas de seguridad: se pondrán la mascarilla en el culo y la máxima distancia social que van a contemplar va a ser la de un abrazo y otro y otro, haciendo buena esa máxima que dice que la tercera fase de una buena borrachera es la exaltación de la amistad.

Hemos estado encerrados como conejos en conejera durante tres meses con un comportamiento ciertamente responsable, excepción hecha de 4 descerebrados, y ahora que parece que la cosa empieza a remitir, ¡ojo! digo remitir no acabar, y que nos está permitido volver a vivir tomando las debidas precauciones, ahora, resulta que como es 6 de julio es imprescindible sentarse a una mesa con la cuadrilla a meterse entre pecho y espalda el tradicional almuercico de los cojones.

Los locales estarán petados, no hay plazas en sitio alguno para contratar tal pitanza, todo, por lo visto, está lleno, lo cual hace también responsable al sector de la hostelería de las consecuencias que la mañana del 6 puedan acarrear. Está archidemostrado que los brotes son localizados, se sabe de dónde proceden, ¿qué cara pondrá el dueño del bar "La txistorra feliz" de la calle San Cucufate cuando se vea en los medios como punto de origen de un posible rebrote?, ¿Le va dar igual?

Mi hermana y yo tenemos un bar-restaurante que esos dos días permanecerá cerrado; lo teníamos lleno de reservas pero esta mañana hemos cogido el teléfono y una a una las hemos anulado todas con un gran perjuicio económico pero con la tranquilidad de que nosotros no estaremos jugando a la ruleta rusa de lo que pueda pasar. Todos y cada unos de los que tenían plaza para comer y cenar en nuestra casa han entendido perfectamente nuestra postura y nos han dado su apoyo. Me consta que no somos los únicos porque hoy venían en la prensa dos conocidos locales de lo viejo que han hecho lo propio y he visto varios que en las redes sociales han anunciado idéntica determinación, lo cual dice mucho de su talante ciudadano. Si hubiese muchos que se sumasen a esta postura la cosa sería otra. Sé de lo que hablo, hemos tenido dos meses y medio el bar cerrado con lo que ello supone para un negocio diminuto como es el nuestro y lo que trabajamos ahora es una caricatura de lo que trabajábamos antes de esta mierda, pero no quiero ni pensar en una regresión y en un nuevo confinamiento y la actitud de quienes van a ser actores el 6 y 7 de julio es la idónea para volver a él.

Alguno me dirá que es improbable que eso pase y es verdad, pero improbable no significa imposible y visto lo visto solo la carta de la imposibilidad es la que debemos jugar y esa no va a salir al tapete hasta que no se descubra una vacuna que acabe con este hijo puta de bicho que nos tiene agarrados por la entrepierna.

Hago extensiva esta queja al sector religioso que tiene previsto celebraciones en las que el número de asistentes no me cabe duda de que superará el aconsejado por más que los organizadores se empeñen en controlar el aforo. Todo el que vaya pretenderá entrar y esperará su turno pero dudo mucho que lo espere a dos metros del anterior. Señoras, señores, chicos, chicas, un poco de fundamento por favor, todos lamentamos infinitamente la suspensión de los Sanfermines pero no ha sido por cosa banal, esto es muy serio, son vidas las que están en juego. Quizá un joven robusto de 25 años que se infecte no corra peligro de muerte ni mucho menos pero como al día siguiente vaya a casa de su querida y octogenaria amatxi a darle un beso y la contagie puede que la buena señora ya no vea más Sanfermines. Pensadlo, por favor, no soy agorero, nunca lo he sido, más bien al contrario, toda la vida he tenido poco miedo a estas cosas pero en esta ocasión es verde y con asas, o sea: pozal.

Dicho lo cual vamos a pasear y vamos a disfrutar que es lo nuestro. Esta semana he visitado un templo del dulce que desaparece de nuestras calles: Casa Ataun. El jueves a la mañana ensillé mi joven y veloz corcel y a golpe de pedal enfilé Bergamín abajo para llegar a Sarasate y por San Miguel, San Francisco y Eslava llegar a mi destino. Félix Inda me recibió con esa socarronería que él tiene y tras un par de bromas en ambos sentidos me franqueó el acceso a su rebotica, donde estuvimos hablando de lo divino y lo humano un buen rato. No estaba solo, le acompañaba su hermana Nekane, que durante años ha atendido a la parroquia tras el mostrador, y Claudia, su hija, una joven guapa de edad envidiable que ha heredado en su pelo y en sus ojos el negro zaino del regaliz. Félix me contó los entresijos de cómo se hizo con el centenario negocio que fundara allá por 1898 Ubaldo Ataun Legarreta, como cerería y chocolatería, dos negocios que no sé porqué siempre iban de la mano. Se casó con Rosa Roncal con la que tuvo cinco vástagos de los cuales dos de ellos, Fortunato y Jesús, siguieron la tradición familiar hasta 1983, fecha en la que Félix Inda pasó a regentar el negocio. Las historias de Casa Ataun son muchas y variopintas. Se dice que los dos hermanos que heredaron el negocio se vieron condenados a vivir y trabajar en unos pocos metros cuadrados pero que entre ellos había un mundo y que apenas se trataban, el último que quedó recibió en sus días postreros la alegría de ser comprado por el Ayuntamiento, que le dio unos milloncejos por el inmueble, lo puso a vivir en el hotel La Perla y lo pensionó con 100.000 pesetas al mes. Ni en el mejor de los supuestos hubiese imaginado semejante bicoca. El día 30 Félix y Nekane bajarán la persiana, que se ha mantenido abierta en la esquina de Mayor con Eslava durante más de 125 años. D.E.P.

Besos pa' tos.