- Etxabakoitz asumió que este año no hay Sanfermines. El centro del barrio se suele llenar cada 6 de julio para festejar el inicio de las fiestas. El Bar Trigo está en esa zona: ayer solo se ocuparon algunas mesas de su terraza y, aunque había más afluencia que en un día cualquiera, no se acercó a las cifras de anteriores Sanfermines. "Los 6 de julio sacamos más de 70 almuerzos, pero hoy solo hemos servido 15", explicó Álvaro Esparza, el dueño del establecimiento.

La hostelería del barrio notará la cancelación de las fiestas. Esparza suele contratar cuatro personas de refuerzo durante los Sanfermines. "Este año trabajamos los de casa, porque a partir de mañana prevemos que el barrio esté como en una semana normal", dice. Además, ayer Esparza se negó a poner música ambiente, porque no quería que la situación se descontrolase. Sin embargo, se escuchaban rancheras de fondo, del móvil de algún cliente que las hizo sonar.

Los ánimos eran agridulces. Marta, Pepe, Patxi y Kike almorzaban en cuadrilla; siempre lo hacen, pero en vez de ser las quince personas que se juntan los 6 de julio, eran solo cuatro. "Este año nos quedamos en el barrio, no subiremos a Pamplona; tras el almuerzo, ¡a comer a casa!", dijeron. Tras dejar atrás la esquina del Bar Trigo, la tranquilidad era reinante: dos niños jugaban en el parque, y había un ir y venir de gente con carros de la compra en dirección a Barañáin. Solo a las 12 horas se avivaron las ganas de algunos por unos instantes. "Viva San Fermín", gritó un vecino. Y los cohetes empezaron a sonar desde los alrededores. Este año el Chupinazo no se lanzó desde la plaza del Ayuntamiento, sino desde los barrios.

En Etxabakoitz norte, las terrazas estaban a medio llenar, y mucha gente no vestía de blanco. De normal, el extranjero que llega a una Pamplona en Sanfermines se encuentra con un escenario kafkiano: la mayoría de la ciudad viste de blanco, todos igual, ya sea para salir de fiesta o para entrar a trabajar. Pero ayer Kafka era pamplonés; lo atípico eran las prendas de color. Era 6 de julio, pero el blanco tendrá que esperar.