- La Txantrea amaneció como un día cualquiera. Desde primera hora de la mañana decenas de vecinos se dispusieron a realizar sus quehaceres diarios. En los supermercados y zonas comerciales se realizaba la vida normal del barrio mientras las terrazas se iban tiñendo de blanco y rojo. Los bares no estaban al completo, pero no fueron pocos los almuerzos que sirvieron. Mientras, las piscinas acogieron los de cuadrillas pequeñas que debían acceder a ellas con la mascarilla puesta. Por lo general fue la juventud quien lucía el uniforme sanferminero, pero gente de todas las edades mantuvo viva la llama de la fiesta en un barrio con aspecto habitual.

La gente tenía ganas y no le preocupaba quedarse con ellas. Minutos antes del mediodía ya se empezaban a escuchar los primeros cohetes, y no cesaron hasta pasados unos minutos. Con ellos llegaron los vivas y goras. Justo después, particulares interpretaron Ánimo Pues con la gaita y amenizaron la mañana con temas clásicos en un entorno familiar.

Sara Monreal, Asier Larrea y Fermín Hernando irán viendo sobre la marcha qué hacen, pero no tienen intención de subir a Pamplona, al menos los días fuertes. Plan parecido al que tenían Laura Cruz y Verónica Caballero, de una cuadrilla en la que todos y todas iban con mascarilla. Almorzaron en casa, como hicieron muchos vecinos aprovechando los patios traseros de las viviendas, y ahí tenían intención de pasar el día tranquilamente.

Más animados estaban los Favoritos en su mesa de la terraza. Tenían intención de pasar un día especial en cuadrilla, pero con tranquilidad y sin salir del barrio. No como la Petus, que no descartan subir al Casco Viejo. "Me da la sensación de que no va haber más que palos, y encima para no entrar en ningún lado", aseguraba uno de ellos mientras preparaban el aperitivo en la barbacoa de la Peña Armonía Txantreana.

En el mismo lugar, pero en el interior, almorzó Álex González con su cuadrilla. Lejos del ajetreo habitual un 6 de julio y con su actividad suspendida, la peña estaba tranquila: "Nunca había estado un día como hoy a las 11.45 con el café", bromeó. No subirán a Pamplona ni un solo día y solo tienen planes concretos como comidas y cenas.

Los vecinos y vecinas de avanzada edad no estaban para celebraciones. "Hoy no es 6 de julio", comentaba un señor a la vuelta de su paseo matutino. María del Pino, María Jesús y Juli aseguran que todos los años desde las 7 de la mañana suelen ver gente subiendo a Iruña, y que para las 1130 ya es una multitud. Pero ayer nada. Ayer tuvieron cena en un txoko particular con la cuadrilla de siempre, y no tienen ninguna intención de subir a Pamplona. Tienen mucho miedo por cómo se reúne la juventud y añaden que "esto es un horror", pero reconocen que de algo tienen que vivir los bares.