- El mismo año en que murió el dictador Francisco Franco, un joven matrimonio, Julio Mazo y Rosa Mari Zudaire, decidieron abrir la librería Mazo's en la calle Yanguas y Miranda de una Tudela oscura, aún bajo el yugo de la imposibilidad de la expresión política. Julio, un tudelano apasionado por los libros y la política, vinculado al Carlismo y de tradición fotográfica familiar, y Rosa Mari, que desde los 15 años residía en la capital ribera, tras pasar su infancia entre la Ultzama y Lecumberri. Su amabilidad, juventud y pasión por su trabajo calaron fácilmente entre el público de la ciudad que pronto la convirtió en la librería que más vendía de Navarra en aquellos años de transición y libros escondidos y prohibidos.

Los tiempos pasaron y en un parpadeo, llegó la Democracia, nacieron sus hijos Astar e Ilenca, Tudela se hizo ciudad, Julio y Rosa Mari se mudaron a la avenida de Zaragoza, apareció Internet y las nuevas tecnologías lo coparon todo. Julio se fue, dejando un vacío en Tudela que ninguna otra persona ha conseguido llenar, y Rosa Mari y su hija, Ilenca, tomaron el testigo. Hoy, en 2020, 45 años después, Rosa Mari, con 69 años ha decidido cerrar las puertas de la librería más emblemática de Tudela. Un oasis en la ajetreada avenida de Zaragoza, donde se respiraba la pasión de Julio y Rosa Mari por los libros y donde las estanterías llenas de páginas reconfortan el alma.

Librería Mazo's cierra y con ella se va un trozo de la vieja Tudela, como cuando lo hizo la librería Royo o la pastelería Salinas, comercios de referencia que hacen que la personalidad de la ciudad vaya teniendo, poco a poco, más arañazos.

Con su eterna calidez y sonrisa, Rosa Mari recuerda aquellos primeros inicios. "El local venía ya de su padre. En aquellos tiempos pusimos librería y fotografía. Convivieron las dos cosas, pero la librería le apasionaba a Julio y pudo más el amor por los libros que el que tenía por la fotografía, especialmente por el libro antiguo que lo coleccionaba, más que venderlo".

Aquellos años 70 en blanco y negro, donde la ciudad era un hervidero de ideas políticas, tenían en Mazo's un aliado, "recuerdo aquellos años con mucha ilusión de empezar. Estaban otras librerías tradicionales y buscábamos un público más joven, muy vivo y con mucha ilusión. No fueron inicios muy difíciles, era más fácil emprender un negocio que ahora". De aquellos años de carreras y escondites, Rosa Mari recuerda que "había libros que escondíamos en el mostrador cuando avisaban de que iban a secuestrar la publicación y había que meterlos en el mostrador. Siempre te quedabas con uno para leerlo".

Aquellos primeros años de su andadura comercial todo parecía más sencillo, "no había tantos libros, entonces se editaban muchísimos menos. Ahora, al cabo del día te llegan cajas y cajas de libros, que no vendes y algunos los devuelves tal y como llegan".

Algunos de los clientes que eran jóvenes cuando abrió Mazo's hoy son abuelos y, tras sus hijos, hoy son sus nietos quienes acuden a esta librería. Hasta 4 generaciones han pasado por su puerta que, tras tantos años de servicio, emite un chirrido muy característico. "He tenido clientes de toda la vida, abuelos, hijos, nietos y ahora los más pequeños y estoy inmensamente agradecida al público ya que gracias ellos he podido vivir todos estos años de la librería. Ha sido un recorrido tan bonito que me voy con mucha alegría, por una parte, pero con mucha tristeza, por otra, por dejarlo".

Pero su tiempo ha llegado a su fin y tras una meditada decisión, Rosa Mari echa el cierre. "Ha sido una decisión durísima y me ha costado pero era necesaria para mi. Fue muy difícil. Cumplo 69 años y he visto a conocidos que se han puesto malos con la pandemia y me ha hecho reflexionar. No quiero estar toda la vida trabajando. He llorado mucho estos días, de emoción. Tengo muchos años, he tirado más de lo que me correspondía. Estaba encantada con este trabajo pero tengo que tener también un poco de vida y disfrutar unos añicos, que espero sean muchos, tener tiempo para mi. Quiero disfrutar".

Los mensajes de agradecimiento han sido múltiples, como lo refleja un ramo de flores que tiene sobre la mesa, un regalo de una agradecida tudelana. "Ha sido increíble, no me esperaba tantos mensajes. Es muy emocionante". A partir del 30 de noviembre, la avenida de Zaragoza tendrá un vacío que será difícil de llenar. Los periódicos ya no estarán colgados en la entrada ni las últimas novedades y libros de tudelanos en su escaparate. Tudela no será la misma sin Mazo's.

"He visto cómo conocidos enfermaban con la covid y me ha hecho reflexionar. Quiero disfrutar unos años"

Librería Mazo's