El Paseo Sarasate ha acogido este miércoles el tradicional mercadillo en el día de San Blas con la presencia de hasta 21 puestos de dulces. Este año, la pandemia de la covid obligó al Ayuntamiento de Pamplona a trasladar el mercadillo de la Plaza San Nicolás debido a no contar con el suficiente espacio y comodidad para salvaguardar la distancia de seguridad.

En la zona intermedia del pasillo, atendía a la clientela la dueña y dependienta María Jesús Cacho y su hija María del Rincón, de Dulces Artesanos Virgen de Ujué de Tafalla. "Desde los 16 años participo junto a mi marido en este mercadillo como proveedora. Ahora, es cierto, que venimos mucho más preparados que antes con estructuras más fiables y en coches más seguros para estar más comodos y trabajar largas jornadas", explica María Jesús. "Recuerdo que la abuela de mi marido venía incluso en fríos inviernos con grandes nevadas", añade. Y es que el mercadillo de San Blas año tras año invita a centenares de personas a sus puertas. En esta ocasión, y a pesar de la pandemía, el perímetro del recinto ha estado abarrotado por clientes a expensas de poder entrar. "Este año solo he hecho más que llorar. Hace unos meses, no pudimos estar presentes en la II Javierada, por lo que perdímos todo el género de un día para otro. En esta ocasión. tenemos que dar gracias por poder estar aquí antes que en nuestras casas y poder pagar así las facturas", señala María Jesús.

Por otra parte, no todo iban a ser buena noticias. Para los últimos puestos de la larga fila, la organización y disposición de los negocios del recinto afectaba. "Esta distribución nos ha perjudicado bastante ya que los primeros puestos, en la entrada opuesta al monumento de los Fueros, se abarrotan y los que estamos al final no", señala la dueña de Dulces Artesanos Virgen del Ujue. Al ofrecer todos los puestos productos similares, los clientes hacían sus compras al inicio del trayecto, por lo que los últimos de la fila no recibian proporcionalmente la misma cantidad de clientes que estos primeros. A pesar de ello, María Jesús valoraba con gratitud dicha organización. "Los chicos el ayuntamiento llevan haciendolo fenomenal desde primera hora de la mañana cumpliendo las restricciones a la perfección". Y es que año tras año, a pesar de recibir mayor cantidad de clientes, "se generaban embudos en algunas zonas de la plaza", concluye María Jesús.