Cuando Aitor Ezker, Daniel Parra, Iñigo Juanarena y Oier Oroz entraron en el plató del programa Boom de Antena 3, el famoso presentador Juanra Bonet hizo un inciso para que los universitarios de 20 años, que habían dicho venir "de Pamplona", concretaran un poco más su procedencia: "Somos de Mendillorri", confirmó Oier. "¡Ahora sí!", dio por concluida la presentación Bonet. No hizo falta explicar que aquel lugar no era, por ejemplo, un club deportivo del que son socios o un pueblito a las afueras de la capital que nadie conoce y es más sencillo referirse directamente a la iudad. Saber que su "Mendi" natal es un barrio pamplonés se ha vuelto algo común en todo el Estado, casi como tener claro que Triana está en Sevilla. Pero la explosión mediática del primero es más reciente y, también, más triste. Si usted aún no se ha enterado, sepa que ya no importa, porque si lo busca en Google, ahora los cuatro concursantes atraen toda la atención mediática.

El pasado miércoles irrumpieron en pantalla al grito de "Mendillorri aurrera!". Detrás de lo que parece una simple arenga había una responsabilidad sobre dar una imagen amable de su vecindario. Dicho y hecho, pero aún tienen la sensación de seguir con la losa de la "criminalización" de "algunos medios sensacionalistas", denuncian. Por eso, no desaprovechan las oportunidades para erigirse en embajadores del barrio: "En la tele tuvimos la oportunidad de que se hablara en positivo de nosotros y ahora tenemos la opción de hacer lo mismo", se alegró Iñigo, estudiante de Ciencias de Datos en la UPNA. Al respecto, los jóvenes comentaron que sus familiares se habían quedado satisfechos y su entorno les había transmitido "mucho orgullo".

La idea de presentarse al programa se les ocurrió en diciembre. Oier fue quien llamó a la productora, pero "sin muchas esperanzas" de que les cogieran, confiesan. No obstante, la organización se puso en contacto con ellos para someterles a unos test de cultura general individuales y, finalmente, les anunciaron que habían sido seleccionados. El 12 de marzo, el día de grabación, estaban en Barcelona para cumplir la promesa que Daniel le hizo una noche de fiestas de Tafalla en 2018 a Manuel Zapata, concursante navarro de Boom que pertenecía al popular equipo de Los lobos, el que más éxitos ha cosechado en la historia del programa.

Eliminación digna

"En la bajera nos hicimos fans por ellos", recuerda Iñigo. El paso de la cuadrilla por el programa fue efímero, ya que quedaron eliminados por el equipo de los Dispersos, que va camino de los 300 programas invictos. "No nos sorprendió", admiten, al tiempo que valoran su "papel digno" con el que quedaron "contentos", aseguran. Tanto que Oier tiene ganas de más: "Se me fueron los nervios y salí con la sensación de que si me hubieran soltado otras 30 preguntas, las habría respondido mejor", se lamentó.

Él fue quien más duró, ya que los rivales fueron eliminando a sus compañeros hasta dejarle solo ante una ronda de preguntas rápidas con dos respuestas posibles en las que logró 15 aciertos y tan solo cuatro errores en 120 segundos. "Antes de empezar a contestar pensé que esos serían los peores dos minutos de mi vida, pero luego no me salió mal", recuerda aliviado el estudiante de Magisterio en la UPNA, que también es árbitro de la Federación Navarra de Fútbol Sala. "Dice que quiere presentarse a Ahora caigo", desvelaron sus compañeros.

Tanto él como Iñigo y Aitor coinciden en que el que más posibilidades de victoria tendría en este tipo de concursos es Daniel, alumno de Física en la UPV que se sonroja cuando sus amigos le recuerdan sus numerosas matrículas de honor en Bachillerato, así como que en esa época fue reconocido como el quinto alumno más brillante de Navarra y el mejor del modelo D según un concurso organizado por el Gobierno foral. "No hace falta que pongas eso", sugiere modestamente.

En ese momento, una pareja de mediana edad se acerca para preguntarles a los chavales cómo ir a Lezkairu desde el lago de Mendillorri. Cuando el hombre se entera, tras las amables indicaciones de los universitarios, de que está interrumpiendo una entrevista a los participantes de Boom, les felicita: "Es verdad, sois vosotros. ¡Enhorabuena! No lo vi pero sí que lo leí en el periódico y lo hicisteis muy bien, lo que pasa que los otros eran muy buenos".

Antes de irse por la dirección indicada, el hombre señala al palacio de Mendillorri y les pregunta de broma si lo hubieran comprado en caso de haber ganado el dinero del concurso. "Tampoco lo habíamos pensado, pero sí que queríamos reformar la bajera", responden entre risas.

Y es que la cuadrilla echa en falta más locales de ocio en el barrio más joven de Pamplona, donde, denuncian, el Ayuntamiento les ha privado de alternativas como el huerto comunitario o "se ha cargado" la unidad de cuidados de infancia Bideberri que ha sustituido por el programa municipal Coworkids, en una época en la que su tiempo libre se ve reducido por el coronavirus al "consumo en bares".

Aitor, estudiante de Economía en la UPNA, sufre más las restricciones porque tiene un grupo de música ska-punk llamado Buruhandiak que no puede ensayar al completo en el gaztetxe Antzara. "El Ayuntamiento tiene opciones como habilitar el Civivox o el Trinquete, pero no nos ofrece nada más que un control policial desmedido a pesar de que la mayoría de jóvenes respetamos las medidas", critica.