- Navarra Suma y PSN volvieron a escenificar su sintonía en Pamplona y ayer hicieron valer su mayoría para modificar el Servicio de Atención a Domicilio (SAD). En la plaza del Ayuntamiento y en el salón de plenos las trabajadoras se hicieron oír y pidieron paralizar la decisión, pero los dos grupos -con sus 18 votos- confirmaron lo que ya habían anunciado. El cambio se hará.

Crearán una sociedad mercantil, de capital exclusivamente municipal, para gestionar un servicio que desde la pasada legislatura presta el propio Ayuntamiento. La edil responsable del área, María Caballero (Navarra Suma), insistió en los argumentos conocidos: tras un "análisis en profundidad y con todos los datos que tenemos", el cambio es "absolutamente necesario". Caballero se refirió a los dos millones más de gasto tras la municipalización, con un 21% menos horas prestadas. "Estamos pagando muchas horas sin prestar servicio alguno", dijo. Menos usuarios y más quejas, excesiva carga burocrática en un servicio que requiere una "enorme capacidad de flexibilidad" o la "falta de optimización de los recursos" fueron, resumiendo, la base de su argumentario. "¿Qué quieren? ¿Seguir igual? ¿Seguir teniendo 76 personas por encima para cubrir el absentismo? ¿89.000 horas de inactividad, pagándolas como si fueran prestadas?", respondió a la oposición en su último turno de intervención.

Con una idea similar, Maite Esporrín (PSN) dejó claro para empezar que aunque se hable de externalización "el servicio se va a seguir prestando con dinero público y a través de una empresa pública". La portavoz socialista abundó en las "deficiencias" detectadas: "Excesiva rigidez en las contrataciones, no se ha potenciado el trabajo en equipo, no ha habido buena coordinación, falta de criterios y protocolos, programa informático ineficaz...". Y negó que esto fuera "un intercambio entre partidos" porque ya votó en la pasada legislatura no al modelo del cuatripartito.

La oposición se preguntó si todas esas carencias iban a desaparecer, como por arte de magia, con la empresa pública. Eva Aranguren (EH Bildu) planteó, por ejemplo, cómo se iba a reducir el absentismo con la empresa pública. "¿Van a penalizar las bajas médicas? ¿Van a presionar a las trabajadoras?". Dijo que ningún informe "justifica cómo va a contribuir la sociedad pública a todas esas debilidades", recordó que cuando EH Bildu llegó a la alcaldía en 2015, prácticamente "el 70% del servicio estaba privatizado" y defendió que buena parte de esos dos millones de aumento se deben a la mejora de las condiciones laborales. "Solo nos hablan de quejas, pero no se han molestado en acercarse a las personas usuarias y preguntarles, en absoluto". Y dijo que tener a 9 asociaciones de personas mayores en contra, al comité y a las trabajadoras en pie de guerra y anunciando huelgas no es, desde luego, la mejor forma de arrancar con la empresa pública.

Patxi Leuza (Geroa Bai) quiso ir "al fondo de la cuestión", porque el debate no era otro que la gestión de lo público. "Unos pensamos que debe ser de una manera, y la derecha de otra". Sobre el servicio, aseguró que "la suerte ya estaba echada desde el principio de mandato", en esa "cruzada" de Navarra Suma por revertir proyectos del anterior gobierno. "Usted está hablando de que todo va a cambiar, y yo sigo insistiendo. Mismas condiciones laborales, misma plantilla... ¿cómo lo van a hacer?", le preguntó Leuza a Caballero.

Antes de que Navarra Suma y PSN confirmaran el cambio de modelo en el servicio, el comité de personal laboral del Ayuntamiento de Pamplona anunció jornadas de huelga a partir del próximo 29 de abril.

Por la mañana y por la tarde, junto a una pancarta o en el pleno en boca de la portavoz Carmen Úriz, las trabajadoras reclamaron "un paréntesis" en la decisión hasta implantar "las medidas de gestión que resultan necesarias". Dijeron que "no está justificada" la creación de una empresa pública y que no han tenido acceso a "ni un solo dato" que ampare la decisión, lamentaron que "ni siquiera se han estudiado las alternativas planteadas por la plantilla", acusaron al PSN de "cooperador necesario en este atropello" y, en definitiva, se negaron "a ser moneda de cambio de los grupos políticos y a que no se tenga en cuenta nuestra opinión".