Cada vez más ciudadanos escogen la bicicleta para moverse por Pamplona porque es un medio de transporte sencillo, asequible, sostenible y ecológico que repercute beneficiosamente en el clima.

Con motivo del Día Mundial de la Bicicleta, que se celebró ayer, analizamos en qué en qué ha avanzado Pamplona en movilidad ciclista y si los pamploneses que utilizan este medio de transporte disponen de infraestructuras de calidad que permitan una circulación segura.

El Ayuntamiento de Pamplona puso en marcha el año pasado proyectos que apuestan por una movilidad sostenible, pero no solucionó el problema de fondo: se sigue sin tejer una red ciclista que englobe a toda la ciudad.

Como consecuencia, la mayoría de barrios no cuentan con corredores que les conecte entre ellos ni que les una con el centro de la ciudad y solo en el corazón de Iruña -con los carriles bici de Yanguas y Miranda, Ejército, Bayona y el de Pío XII, Navas de Tolosa, Yanguas y Miranda- se ha creado un circuito para bicicletas. Pamplona, la ciudad que no lidera el pelotón.

A finales de verano, se terminaron los corredores sostenibles de María Auxiliadora en la Txantrea y el de Doctor Juaristi en San Jorge-Sanduzelai. Estas dos intervenciones tácticas reflejan un avance, pero también demuestran que son proyectos individuales que, por ahora, se quedan aislados al no unirse con otros carriles.

El corredor de Doctor Juaristi, por ejemplo, atraviesa el barrio de San Jorge de este a oeste, une dos centros educativos y otro deportivo, pero finaliza de repente en la calle Santa Vicenta María y en la avenida de San Jorge.

De esta manera, los ciclistas se ven obligados a circular por la acera -prohibido como norma general por la nueva Ordenanza de Movilidad aprobada en febrero de 2020- o por la carretera sin ninguna protección ante los vehículos a motor.

Además, estos dos corredores supusieron la llegada de los primeros bidegorris a Pamplona, una histórica demanda ciudadana y de colectivos ciclistas ya que el coloreado en rojo aumenta la seguridad al destacar el carril bici frente al resto de las vías aledañas que ocupan otros agentes como vehículos o peatones.

A pesar de ser un progreso, vuelve a quedar claro que Pamplona no rueda en cabeza de carrera ya que ciudades vecinas como Donosti cuentan con estas vías desde 1982 y en la actualidad dispone de 65 kilómetros de bidegorris que conectan los distintos barrios de la capital guipuzcoana.

El corazón, unido

La ansiada red ciclista, que permita desplazarse de un punto a otro de Pamplona por vías propias para bicicletas, se ha conseguido en gran medida en la parte céntrica de la ciudad y sus aledaños.

En primer lugar, con el carril de Pío XII, tan criticado y denostado por Navarra Suma en la pasada legislatura, que se ha prolongado a través de la calle Navas de Tolosa. Con estos nuevos 200 metros, un ciudadano puede ir en bici desde la zona de hospitales hasta Sarasate.

Además, a diferencia de los proyectos de San Jorge y Txantrea, el eje Pío XII-Navas de Tolosa se une con el que comienza en Yanguas y Miranda y atraviesa las avenidas de Ejército y Bayona hasta la plaza de Europa.

Esta actuación ha supuesto la implementación de la movilidad ciclista en dos de las principales arterias de la ciudad, pero ha recibido críticas de los usuarios por los problemas que genera la bidireccionalidad del carril, su escasa protección y los numerosos cruces peligrosos. Ante estas quejas, el Ayuntamiento de Pamplona ha pintado todos los cruces de rojo y ha instalado semáforos específicos para ciclistas.

Labrit,sin fecha

En este peculiar calendario ciclista, ha quedado una gran actuación sin ejecutar: el corredor del Labrit, proyecto del anterior equipo de gobierno. Navarra Suma lleva casi dos años en la alcaldía y aún no ha desvelado qué va a hacer con uno de los principales accesos al Casco Viejo.

Hace casi un año, el 20 de mayo de 2020, todos los grupos políticos municipales acordaron "priorizar el proyecto de Labrit a cualquier otra intervención en la ciudad". Sin embargo, el concejal de Movilidad, Fermín Alonso, intervino previamente en la calle Amaya.

En noviembre, y tras la reprobación que sufrió el concejal, Navarra Suma comunicó que se presentaría en el primer trimestre de 2021. Este plazo se ha agotado y por ahora no se vislumbra la meta.