"Queremos enseñar a la gente lo que somos capaces de hacer la gente mayor. Realmente hay trabajos extraordinarios", señala Luis Enériz, presidente del club de personas jubiladas de Villava/Atarrabia. Está encantado con la exposición de los trabajos de fin de curso de las alumnas que se exhibieron la semana pasada en el mismo centro.

En el centro se ofrecen toda clase de cursos, desde patchwork o manualidades hasta euskera o uso de tablets. Cada uno tiene su propia exposición y todas las participantes expresan estár muy contentas con el resultado. "Estoy en el curso porque me quita a la semana dos horas en algo que me gusta", resalta Martín Latasa, alumno de talla desde hace varios años.

A la mayoría les gusta acudir a estos cursos "porque te distraes y vas haciendo actividades, yo invito a la gente a que se anime y venga, se pasan ratos buenos" cuenta Natividad Navarro.

"Lo más importante de todo es lo bien que estamos y lo pasamos en el taller, el grupo, y el buen ambiente que hay" expresa Socorro Arrasate, que lleva tres años en el curso de ganchillo y punto.

Este año la pandemia ha dificultado la realización de las actividades. "Estamos diez por lo del covid, se limitó, había que tener cuidado" dice Socorro Arrasate.

Para otras alumnas en cambio no ha sido tan simple. "El año pasado vinimos hasta marzo, yo este año la he terminado en casa, no me atrevía a venir, he pasado mucho miedo, me costaba, las veía tan valientes que no podía" lamenta Charo Mugueta, una de las alumnas de patchwork.

"El hecho de jubilarse no quiere decir que te tengas que encerrar o pasear por el Arga cada día", manifiesta alguna de ellas. Cuentan que en los cursos se han reído un montón, "este año hemos tenido que guardar las distancias, pero esto es más un taller de risoterapia, se trata de pasarlo bien, ya que cada una encerrada en su casa no expresa nada".