La asociación vecinal de Erripagaña ha acogido con luces y sombras el nuevo proyecto urbanístico que reduce la superficie comercial y la combina con usos residenciales (471 viviendas) en el centro del barrio. "Entendemos que la plaza es una oportunidad como punto de encuentro y para dar vida al barrio pero ha sido diseñada para ser la puerta de entrada al centro comercial", subrayan. Tampoco comparten la oferta residencial que, lejos de reducirse, se ha visto incrementada respecto a la propuesta original. "Ya teníamos problemas de aparcamiento porque se aumentó la edificabilidad en un 30% en su día, y ahora tendremos torres de nueve alturas", reiteran.

El desarrollo del AR-2 permitirá a su vez que el Ayuntamiento de Burlada participe de manera "efectiva" en las plusvalías generadas por el planeamiento, tal y como recoge el proyecto. "A día de hoy el único interés de los ayuntamientos sigue siendo maximizar su beneficio del barrio sin invertir en él. En diez años se han invertido menos del 1% de sus ingresos, por ser benévolos, y creemos que la dotación correspondiente a la AR-2 nunca llegará a desarrollarse", responden. "Está bien que se generen nuevas dotaciones pero no hay voluntad en los ayuntamientos para invertir en servicios. Mientras seamos una zona residencial perteneciente a cuatro municipios, es decir a cuatro ayuntamientos, el barrio está sentenciado", asegura Javier Martínez. "Queríamos durante la negociación que se obligara por los menos a definir un uso a la nueva parcela dotacional cedida al Ayuntamiento de Burlada (junto al edificio A) y a construirla, porque de lo contrario se quedará sin ejecutar sine die", refrenda. Sin ir más lejos junto a esta unidad existen al menos dos grandes parcelas destinadas a dotaciones públicas hoy vacías. "Respecto al centro de salud la previsión es que el proyecto técnico se lleve a cabo entre 2021 y 2022. Del resto de dotaciones no hay previsión y necesitamos de todo, un centro cívico, biblioteca, escuela infantil...", subrayan. El único dotacional construido es el campo de fútbol de Burlada, "el resto está sin hacer".

Los vecinos no han visto atendidas por otro lado sus aportaciones durante el proceso participativo. "Nosotros defendíamos otro tipo de ordenación que creíamos que tenía una mejor cohesión en el barrio. Era una oportunidad de mejorar el PSIS existente que actualmente, entre otros problemas, concentra todas las parcelas dotacionales". Pero más allá del diseño concreto de esta unidad se sienten "abandonados por todas las administraciones". En el barrio residen en la actualidad entre 9.000 y 10.000 vecinos, y la previsión es que se alcancen entre 14.500 y 17.500 con los nuevos crecimientos, y 5.843 viviendas.

"Está bien que se generen nuevas dotaciones pero no hay voluntad de los ayuntamientos de invertir en servicios"

Asociación de Vecinos Erripagaña