Funciona como un outlet, pero es mucho más que un lugar con ropa de marca fuera de temporada a precio de ganga. 6 mujeres, todas madres solteras y en desempleo desde hacía al menos tres años, están al frente del establecimiento. Es El Vestidor de Eurodi, que la asociación con el mismo nombre puso en marcha en julio, con apoyo y subvención del departamento de Derechos Sociales del Gobierno foral, en el nº 1 de la calle Vidángoz de la Rochapea. El objetivo es doble: formar y dar trabajo al mismo tiempo. Colaboran Txaro Moda y Complementos, el Grupo Pavana, Minos and Rock, Eva Pillado restauradora, Silvia Navarro complementos, Bea Costura y Sorgiñe Estilistas, peluquería del barrio para la que han hecho los uniformes.

“Estoy aprendiendo a hablar y empatizar con los clientes, a montar los mostradores, ingresar la ropa en el ordenador, cuándo entra, cuándo sale... esas cosas”, explica Gabriela Moreira. “He trabajado en supermercados, pero esto es diferente, aquí hay que estar más cerca del cliente”, reconoce. También era un mundo desconocido para Nuvia Condoy, con experiencia previa en hostelería y fábrica. Una novedad “para bien. Soy una persona muy curiosa, me gusta aprender, y estoy descubriendo habilidades que pensaba que no tenía”. Por ejemplo, la creatividad que surge con las compañeras. “Investigando un poco empiezan a salir las ideas, y eso me gusta”. Nuvia se muestra “agradecida de que nos den estas oportunidades de aprender y avanzar. Entre todas el proyecto está yendo bien, y espero que cuando salgamos de aquí podamos encontrar un trabajo fijo para ser independientes. Porque con la edad cuesta un poco más”.

Cuando Manuela Slaveeva se enteró de que el proyecto se ponía en marcha, movió Roma con Santiago para formar parte de El Vestidor de Eurodi. “Quiero encontrar un trabajo, me tenéis que ayudar”, insistió. Al principio “estábamos todas un poco perdidas, a ver quién hace qué, si esto así o esto asao... hasta que nos amoldamos entre nosotras, sabiendo por dónde tirar”. Siempre con la premisa de que sea “una decisión común. Estamos aprendiendo a trabajar en equipo, a conocer los movimientos del stock, los proveedores, cómo podemos vender, marketing on line...”. Dice que el proyecto le viene “muy bien porque me da seis meses de experiencia”, y confía en que “cuando salgamos de aquí, que cada una que coja su camino y trabaje”.

También está “feliz y encantada de compartir este proyecto” Gloria Castro. “Somos seis mujeres, madres solteras con hijos e hijas, y estamos interactuando y ayudándonos mutuamente”. Le gusta lo que hace, “tratar y comunicarme con el cliente. Ya tenía experiencia en atención al cliente, porque en mi país, Venezuela, trabajé en la banca comercial. Eurodi te da la oportunidad, te da confianza y apoyo, y eso me gusta mucho. Porque te enfocas y tienes un norte. En mi caso es emprender en un futuro”. Considera que “cuando estás desempleado y tienes esa carga familiar, lo que más deseas es conseguir trabajo. Pero después de estar aquí y ver todo ese apoyo que te brindan y ese conocimiento que puedes adquirir, dices... ‘oye, sí puedo, puedo salir adelante’”. Gloria siempre ha querido montar una tienda de ropa íntima. Aunque ha visto que en Pamplona los negocios gastronómicos tienen tirón. Y se plantea, a lo mejor, vender arepas, un clásico de su tierra. “¿Por qué no?”.

El proyecto José María Alegre, vicepresidente de Eurodi, recuerda que la asociación surgió en 2007 en Gipuzkoa con el objetivo de ayudar a personas emprendedoras, en aquel momento de origen rumano.

La asociación creció, amplió objetivos y marco geográfico, implantándose también en Navarra. Y este proyecto “va muy alineado con el objetivo de la asociación, ya que unifica tanto la formación como el empleo”.

Vanessa Finol se encarga de la formación en “relaciones laborales básicas, para que tengan conocimiento de las bases legales de contratación, convenios... y también de facilitar las relaciones laborales dentro del proyecto y de la inserción de cara al futuro, para su empleabilidad”. Por su parte, Carmen Martínez y Montserrat Terrón orientan para la búsqueda de empleo. “Por un lado hacemos sesiones individuales con cada una de ellas. Y por otro tenemos talleres grupales donde vamos a trabajar las competencias profesionales transversales; el autoconocimiento, la reflexión de cuáles son nuestras competencias, potencialidades y fortalezas de cara a una entrevista de trabajo. Se trata de empoderarse en la búsqueda de empleo”, dice Carmen. Cómo hacer un currículum o una carta de presentación bien diseñada, o simulaciones de entrevistas de trabajo “para que se sientan seguras y con la confianza necesaria”, forman parte del aprendizaje.

Por último, la educadora y responsable del proyecto Isabel Muñoz les acompaña en el día a día. “Estoy viendo su crecimiento personal, su crecimiento laboral y cómo este proyecto les es tá ayudando en todos los ámbitos de su vida, que para mí es lo más importante”, concluye.