"La decisión de suspender Olentzero es muy impopular. Es mucho más cómodo quitarse el muerto y que otro se trague el marrón". "Salud tenía que haber marcado otras pautas y no solo recomendar. No, no, no. Deberían haber dicho 'el año pasado no se hizo, este tampoco'. Y ya está. Lo acatamos".

Así de enfadado se mostró ayer Xabier Martínez de Álava, presidente de la Asociación de Amigos de Olentzero, con la "actuación" e "inacción" del Gobierno de Navarra en una rueda de prensa en la que se anunció la suspensión del desfile de Olentzero en Pamplona. "Es la decisión más prudente que se podía tomar", aseguró.

El presidente de la Asociación de Olentzero afeó al Ejecutivo foral que nadie les hubiera llamado para conversar sobre la celebración o no de este evento. "La consejera Induráin dijo que se había puesto en contacto con los organizadores de Olentzero y Cabalgata de Reyes y no es así. Con nosotros, y tengo constancia de que con Cabalgata tampoco, nadie nos ha llamado para ver si se organizaba, se suspendía o qué se hacía", relató.

Xabier Martínez de Álava también criticó al Gobierno de Navarra por otorgarles la responsabilidad sobre las posibles consecuencias de estos actos en Navidad. "Nosotros no podemos controlar a los espectadores como parece que nos quiere exigir el Gobierno de Navarra. Guardar las distancias en alguna parte del recorrido podría hacerse, pero en la Plaza del Castillo, Chapitela, Plaza del Ayuntamiento y Estafeta es totalmente imposible. Estamos seguros de que durante las fiestas de Navidad va a haber un brote importante de contagios y no queremos contribuir a ello", incidió.

Ante este posible repunte, la consejera de Salud, Santos Induráin, aconsejó -no obligó-, hace menos de una semana, que olentzeros y cabalgatas se celebrasen preferentemente de manera estática o en lugares donde se pudiera controlar el acceso, "evitando aglomeraciones" y "garantizando el cumplimiento de todas las normas de higiene, el uso de la mascarilla y la distancia de seguridad interpersonal".

Para los organizadores, estas recomendaciones llegaron tarde y tampoco las veían con buenos ojos. "Eran imposibles en las fechas en las que estamos. Tampoco se podía tener a Olentzero bajo un techo y que los niños pasasen y se hiciesen fotografías con él mientras grupos de txistus, gaitas, trikis y fanfarres amenizaran en Carlos III de cuatro a ocho. Además, se formarían largar colas y eso era peligroso, casi tan peligroso como el desfile", defendieron.

Además, acusaron al Ejecutivo foral de incitar la división dentro de la asociación: "El problema que ha surgido a nivel interno lo ha creado el Gobierno de Navarra. Las discusiones internas las podíamos haber suprimido si hubieran sido más tajantes. ", incidió.

Por prudencia

Ante esta situación, y que los contagios no paran de crecer, la junta de la asociación se reunió el lunes y por "prudencia" y "responsabilidad" acordó la suspensión. "Teníamos miedo de que algún niño se contagiara y se lo transmitiera a sus padres o sus abuelos en la cena", zanjó.