Encontrar un remedio para el problema de vivienda que padecen las ciudades actuales, acrecentado por la despoblación de las zonas rurales, y que esa salida tenga un carácter sostenible es una de las fijaciones del arquitecto Fernando Oiza. Unas construcciones que mejoran los estándares energéticos, son más sencillas de construir, y en las que "no es muy difícil reducir el coste de construcción en un 20%" con respecto a un piso en altura.

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En el 2019 finalizó su proyecto de dos pisos en dos bajos comerciales en la calle río Arga de la Rochapea. Según Oiza, estamos generando unas ciudades "con una enorme cantidad de metros cúbicos construidos", que en el caso de Pamplona, aumenta por la falta de aprovechamiento de las plantas bajas.

Junto al promotor Miguel Serrano, Oiza ideó dos apartamentos tipo loft con grandes espacios abiertos. La idea surgida en Estados Unidos aplicó una solución habitable a los edificios industriales, que el arquitecto trató de emular adaptada a la capital navarra. Oiza lamenta que viviendas posteriores han imitado el estilo de las viviendas tradicionales y se han alejado de este modelo. En su trabajo, la madera es el material protagonista. "La madera es el material idóneo para este tipo de intervenciones ya que permite la semiprefabricación, reduce los tiempos y afecciones al entorno y la práctica desaparición de los residuos", detalla sobre un material "natural, sano y regenerable".

Más facilidades Tras lograr sacar estas viviendas, Oiza reconoce que no ha vuelto a tener suerte en un proyecto de transformación de un bajo comercial, por la alta exigencia de la administración. "Seré feliz el día que lea en el BON que se suprime la cédula de habitabilidad", expresa entre risas, mientras sostiene en las manos la legislación de Aragón. Entre los requisitos que más dolores de cabeza dan a arquitectos y constructores es la ventilación, exigida en cocina y baños. "Hay demasiadas trabas, cuando ya existe tecnología que permite una ventilación adecuada mediante aparatos que filtran el aire", dice Oiza.

"Es necesario que la ventilación sea hacia la cubierta del edificio, cuando sacarla a fachada sería mucho más práctico", coincide el promotor Íñigo Izuriaga (Irizu).

Aunque con matices, promotor y arquitecto coinciden que la obtención de la cédula de habitabilidad es un paso inevitable en el proyecto. "Si decides construir y vivir sin ella, pero tarde o temprano te llegará una carta de los juzgados", termina Izuriaga.