Hablar de Talleres Mendi es hablar de Nines Mendizabal Crespo. No habrá en el sector alguien que no sepa que esta mujer de 58 años lleva 20 al frente del taller de reparación de coches que hace 47 años abrió su padre, Juan Mendizabal, en la calle Doctor Repáraz del barrio de San Jorge. Allí comenzó Nines su vida laboral a los 17. Había estudiado primer grado de auxiliar administrativo y su destino era la oficina, pero pronto abandonó aquel puesto “más propio de chicas” por el trabajo en el taller. Atraída por los coches, cambió la silla confortable por el buzo y decidió mancharse las manos. Jamás se arrepintió.

“Nunca me gustaron los papeles. Lo que a mí me gustaba de verdad eran los coches”, confiesa. Dice que lo mamó de su padre y le entró el gusanillo cada vez que “salseaba” entre los mecánicos, o le pedían ayuda para purgar unos frenos o con el polímetro. El taller fue su primera escuela, aprendió a cambiar una batería, el aceite, las bombas de gasolina, o las bujías. Así se fue integrando en ese mundo masculino, en que recalca “nunca me he sentido rara. “Disfrutaba del taller y lo sigo haciendo”, afirma. Sus inicios, añade, coincidieron con un tiempo de muchísimo trabajo. “Había seis empleados, era otra mecánica y otra mentalidad. Nada que ver con lo de hoy. Ahora todo es electrónico. Se estropea un coche, y no puedes hacer nada si no lo diagnosticas. Hay que estar formándose continuamente”.

Es lo que hizo como trabajadora, antes de que la electrónica le superara, y lo que facilita a sus empleados actualmente como gerente. “Si no, el taller ya estaría muerto, y yo quiero un taller vivo”, expresa. Trabaja por ello al frente del negocio, desde que su padre se jubiló hace veinte años. ”Cuando me quedé sola, lo primero que hice fue contratar una secretaria. Y yo, a mi taller”, expresa satisfecha.

El afán por mantenerlo vivo ha llevado a esta mujer autónoma a su propio reciclaje, a adaptarse al cambiante mundo del automóvil. “Fui la primera chica en obtener en 2011 el certificado de refrigerantes fluorados, manejo de aire acondicionado en los vehículos. En 2009 Talleres Mendi logró con ella la certificación de Empresa y Medio Ambiente, Plan de Mejora Ambiental Gobierno de Navarra (2008), el Premio Emprendimiento y la presencia en las Ferias de Autónomos. Y todo se enmarca en la pequeña oficina.

"EL AMBIENTE DE LOS TALLERES ERA DE MUCHO TACO Y DE SEXO"

Admite Nines que hoy su trabajo es muy básico. Con todo, se siente reconocida y valorada. Apunta que pertenece a la Junta de la Asociación de Talleres de Navarra desde hace 12 años. “Nunca me he sentido rechazada, si no todo lo contrario, bien acogida. Hace 25 años yo era la única mujer en un mundo de hombres, de máquinas y modelos. El ambiente de los talleres era de mucho taco y de sexo, pero yo no lo viví nunca como machismo ni vejación, ni me he sentido acosada. Aquí hemos hablado de sexo y reído, y nos hemos mirado siempre como iguales, sin rivalidad”.

El equipo de Talleres Mendi, acompaña a Nines Mendizabal. Foto: Unai Beroiz

La mirada discriminatoria la encontró en los clientes. “Era una mujer la que le iba a tocar su coche, su mayor tesoro. Preguntaban por el mecánico, y cuando les decía que era yo, no disimulaban la desconfianza”., rememora. Siempre ha creído que su trabajo era importante y en él se siente realizada. “He asistido a encuentros y viajes del sector y me he encontrado a gusto intercambiando opiniones y reflexionando con hombres en torno a un gin tonic sobre la incertidumbre de nuestro sector y sus transformaciones”.

Su trabajo causa cierto asombro en las mujeres, pero actualmente, el 70% de su cartera de clientes son femeninas. “Antes traía el vehículo el padre, marido o el hermano. Hoy vienen ellas, y además, se preocupan por su coche, prestaciones y mantenimiento. Yo les informo. Me gusta explicar las reparaciones”.

Constata Nines que ha crecido la presencia femenina en este campo. “Hay mecánicas que eligen el grado de Automoción o herederas de talleres. Cada vez veo más chicas en las reuniones”.

Con su entusiasmo, Nines rompe los prejuicios sobre una de las profesiones más masculinizadas. Y ha llegado a enseñar. En este taller, la jefa se mancha las manos al tiempo que derrocha cariño, cercanía, confianza y buen trato. Es el alma de Talleres Mendi. De sobra lo sabe el equipo: Pili Cárdenas Duro 58 años, 20 de secretaria en el taller; Juan Zugasti Munárriz, 50 años, 30 de mecánico; y el joven Natxo Clemente Miguel, 32 y 8 de empleado. ”No importa el género. Lo importante es que es buena jefa”, recalcan mientras afrontan un lunes cotidiano, previo al 8 de marzo.