oca echar una mano y arrimar el hombro. Este es el pensamiento de muchos vecinos de la Ribera Alta que, intentando ayudar a las personas más vulnerables y cumpliendo a raja tabla todas las medidas de seguridad, han formado pequeños grupos de voluntariado para ayudar en la medida de lo posible durante estos días a las personas mayores. Es el caso de Azagra, municipio en el que los vecinos realizaron este martes el primer reparto de comida a domicilio.

El alcalde Rubén Medrano, impulsor de la idea, explicaba que en Azagra son bastantes las personas que por diferentes motivos no pueden salir de su casa y que, además, hay un total de 28 vecinos que utilizan de lunes a viernes el servicio de comedor del hogar del jubilado; algunos comen allí mismo y otros se lo llevan a sus casas ya preparado.

Por este motivo decidió publicar en las redes sociales y, a través de un bando, su número de teléfono para que la gente que estuviese dispuesta a ayudar se pusiese en contacto con él. La respuesta, comentaba, “fue increíble y es algo que me gustaría remarcar puesto que me llamaron unas 30 personas de muy diversas edades”.

Con el objetivo de cumplir las reglas, solo seis personas participaron en el primer reparto; el catering llevó como siempre la comida a la sede del hogar del jubilado y allí los miembros de la junta se encargaron de separar y embolsar lo de cada comensal.

Después, explicaba el primer edil, los voluntarios se dividieron los 24 domicilios que requieren de este servicio y, una vez allí, pitaron y dejaron la comida en la puerta para no tener ningún tipo de contacto con ellos.

De momento, explicaba Medrano, seguirán con esta dinámica y, en caso de ver que algo falla, lo cambiarán. Además, y en cuanto al tema de la compra, aseguraba que hasta ahora no les han demandado ese tipo de ayuda pero que están en coordinación con Cruz Roja para actuar en caso de que así lo requieran.

“De momento no sabemos de ningún vecino que tenga otras necesidades o carencias pero conforme vayamos viendo qué pasa estos días y cómo se desarrolla todo, iremos actuando”, finalizaba el primer edil.

La localidad, hay que recordar, ha cancelado todas las actividades previstas como la exaltación de bombos y tambores de este fin de semana y, además, hizo público un bando mediante el que informaban del cierre de los cuartillos de las cuadrillas para evitar las reuniones.

Por último, la escuela de música ha informado de que va a mandar instrucciones para que los txikis sigan con su aprendizaje.

En Falces también han puesto en marcha una serie de iniciativas con el objetivo de facilitarles la vida a algunas personas en estos complicados días.

Acofalces, la asociación de comerciantes de Falces, ha decidido, con el objetivo de que todos tengan los suministros que necesiten, aportar su granito de arena y han buzoneando y distribuido a través de las redes sociales un listado con las tiendas y servicios que creen pueden ser necesarios estos días para que esas personas mayores que se encuentran solas o incapacitadas hagan las compras por teléfono. Ellos mismos se encargarán de llevarles todo o a sus casas.

Desde esta entidad explicaban que, aunque en Falces hay muchas personas mayores, lo cierto es que no hay muchos que vivan solos, pero alguno sí que hay. Por este motivo, y con el objetivo de proteger a este sector de la población, han decidido ser ellos mismos los que recojan el encargo y lo entreguen, manteniendo siempre las normas sanitarias.

Del mismo modo, insistían, recibirán por WhatsApp los pedidos de aquellas personas que están trabajando y que no pueden salir a comprar. Los comerciantes lo prepararán, lo embolsarán todo y convendrán un horario de recogida.

Aparte de esto, desvelaban, también están intentado sacar adelante alguna propuesta con la biblioteca.

Con el lema Acofalces está contigo, en el folleto aparecen en grande los comercios que son de primera necesidad tales como farmacias, carnicerías, tiendas de alimentación y establecimientos de aseo y limpieza, mientras que a su lado, y en letra un poco más pequeña, aparecen el resto de establecimientos; librería, estanco, peluquerías, talleres, etc.

Muchos de estos comercios pequeños, explicaban, viven de las personas más mayores, por lo que con esta situación esperan reivindicar también su papel y demostrar qué sería de un pueblo sin sus tiendas.

El Ayuntamiento local, además, está en continuo contacto con la residencia de ancianos y es que allí, explicaban, hay vecinos que recogen su comida a diario. La idea es, al igual que en Azagra, formar un grupo de voluntarios para llevársela a sus casas y que no tengan que abandonar el domicilio. De hecho, ya hay personas que se han ofrecido pero primero van a ver qué necesidades hay.

Por último, no descartan incrementar estos menús a domicilio para aquellas persona que, abrumadas por la situación, no pueden cocinar y, de la mano de los Servicios Sociales, intentarán ayudar en todo lo que haga falta a este sector de la población; por ejemplo, llamarán a las personas que llevan el medallón más a menudo.