Aunque el nombre de Emilio Garrido está estrechamente ligado a su faceta como psicólogo clínico, lo cierto es que este marcillés, que nunca ha dejado de lado sus raíces, tiene el firme propósito de que la historia, la cultura y las tradiciones locales prevalezcan. Tanto es así que acaba de publicar el 10º tomo de la colección ‘Opúsculos de Historia y Etnología de Marcilla’, Efemérides históricas y etnológicas de Marcilla desde la prehistoria hasta el siglo XXI, un libro con 425 efemérides que incluye en su interior un cronograma del VI Centenario del castillo y que espera presentar después del verano.

Desde el año 1972, cuenta en tono jocoso, “llevaba dando la matraca con que iba a escribir una colección de 12 libros sobre mi pueblo, y ya van 10”.

Y es a que a este último ejemplar se suman otros títulos como Marcilla y sus cuatro leyendas, Castillo de Marcilla: Historia breve para visitantes, Marcilla y su gastronomía típica y tradicional, Juegos antiguos de Marcilla: Etnología lúdica, Los tres cronistas de Marcilla: En honor al P. Fabo en su centenario, El río Aragón: Fuente de riqueza a su paso por Marcilla, Marcilla: ¡Medio siglo en cien fotos y alguna más…! ¡Medio siglo haciendo historia!, Vocabulario antiguo de Marcilla y comarca en el siglo XX, y Cincuentenario del Instituto Marqués de Villena: cincuenta años formando personas: la ciudad de las letras.

Para recabar información, explica, acude siempre alArchivo de Navarra, al archivo municipal, utiliza documentos que recuperó y después ordenó y catalogó del castillo antes de su rehabilitación y, sobre todo, realiza muchas visitas a casas de particulares. “He intentado que todos los libros de la colección sean monográficos y no pasarme de las 100 hojas, pero en ocasiones hay mucha información y es imposible”.

De hecho, él hace entrega del ejemplar totalmente terminado a la imprenta, incluso con los diseños de las páginas y portadas puesto que también ha hizo un curso de diseño. En este caso, el Ayuntamiento se encarga de pagar la impresión y él no recibe nada a cambio, lo hace simplemente para preservar la cultura y la historia local “porque las palabras se las lleva el viento”.

Para completar esta colección ya tiene en marcha, y prácticamente redactados, los otros dos tomos que, desvela, serán Los tres monasterios y La escuela de música.

Jubilación activa

Desde que se jubiló con 70 años siempre tiene algo en mente, “me gusta hacer tres cosas a la vez para no aburrirme, algo que aúne reflexiones cognitivas y afectivas”. Tanto es así que también tiene pensado escribir un libro con la localidad ribera una vez más como protagonista pero del que no quiere adelantar la temática. Además, cuenta, no descarta digitalizar todo lo que ha escrito hasta el momento.

Emilio, que nació en Marcilla el 22 de agosto de 1945, explica que su madre enseguida le marcó el camino, “o estudiaba, o me metía a fraile o me tocaba ir al campo. Yo era un muchacho despierto, alegre y muy, muy hablador; siempre me castigaban por esto, pero no se me daba nada mal el estudio y las asignaturas”. De hecho, el bachillerato lo hizo en la Salle, aprendió francés y empezó a estudiar Historia en Valencia para después terminar la carrera en Pamplona con especialización en Etnología.

Como sentía que aún le faltaba formación “en ese gran concepto de la evolución humana fui a la Complutense, en Madrid, y les expliqué mi inquietud. Me dijeron que eso podía ser Psicología pero que no existía en esa facultad, así que me asesoraron para que me matriculara en las paramédicas porque después de tres años podría ir a Barcelona a terminar la clínica. Al fin terminé la carrera que hoy llaman Ciencias de la salud”. Eso sí, él nunca se llegó a desvincular de Marcilla y todos los veranos volvía allí, cosa que sigue haciendo ahora con sus hijos y nietos.

Tras lograr una plaza en Canarias y pasar allá diez años, vuelve a Pamplona a la UNED y a la Clínica San Miguel, donde estuvo 16 años, así como al Hospital San Juan de Dios, donde tuvo consulta durante 20 años. Mientras tanto, explica, iba preparando la tesis doctoral que defendió en el Aula Magna con todos sus alumnos y familiares y después, en la Universidad Pública de Navarra, logró la Cátedra.

Entre otras hazañas, además, ha dirigido diez tesis doctorales, ofrecido alrededor de 2.000 conferencias, y publicado, dentro de su profesión, al menos 30 ejemplares. “Todo ha sido posible gracias a mi mujer Pili, que siempre ha sido la sacrificada en estos avatares, pero me veía disfrutar tanto que ella me apoyaba en todo”.

Mientras la cabeza y las fuerzas le sigan, asegura este marcillés, continuará formándose, acudirá a congresos, seguirá con peritajes y con segundas opiniones pero sin dejar de lado, lo tiene claro, su vínculo con Marcilla, municipio del que, de su puño y letra, seguirá escribiendo historias, y por cuyas calles y recovecos seguirá paseando y disfrutando de los vermús en la plaza.