Con el objetivo de rejuvenecer la entidad, de renovar y darle un nuevo aire teniendo siempre como referente y trampolín toda la experiencia acumulada que otorgan los años, la Asociación de Mujeres Marecilla, de Marcilla, ha cambiado prácticamente al completo a las integrantes de la junta. Y es que la agrupación, constituida en 1996, pretende aunar a partir de ahora la madurez con la savia nueva que aportará la juventud.

Las trece mujeres, todas ellas de diferentes edades, perfiles e ideologías que desde antes de Navidad se han puesto al frente de la asociación son Micaela Fernandes (presidenta), María Pérez (vicepresidenta), Virginia Merino (secretaria), Margary Palacios (tesorera), Maider Villanueva, Silvia Jaurrieta e Isabel Merino (vocales) y Edurne Esparza, Andrea Esparza, Paula Ramos, Elena Olcoz, Leire Tapia y Yaiza Morillas.

La anterior junta, cuentan, llevaba más de 4 años al mando y, además, la pandemia hizo bastante mella en ellas. De hecho, muchas veces, apuntan María y Micaela, les invitaban a coger las riendas y a tratar de implicar a la gente joven. Pues dicho y hecho; la media de edad de Marecilla ha pasado de 60 a 40 años.

"Vimos que era necesario un cambio y nos pusimos a llamar a la puerta de aquellas mujeres que sabíamos que siempre están ahí, que aportan, que participan y que se implican; gente joven que, ahora mismo, es la que tira de nosotras", insisten estas dos marcillesas.

NUEVOS RETOS

El objetivo, apuntan, "es mantener todo aquello que funciona, que es mucho, y aportar nuevas cosas para atraer a las vecinas y animarles a hacerse socias". Entre las actividades que conservarán están los cursos de gimnasia de mantenimiento, de pilates, yoga, bailes y espalda sana (actividades que están abiertas a todas y todos y que tienen un gran éxito) así como charlas, comidas, bingo e incluso el concurso de cartas de amor que está ahora mismo en marcha. Además, antes de la pandemia también solían hacer excursiones, algo que esperan retomar próximamente dándole a esas escapadas culturales un toque más ocioso, social y festivo.

Sin embargo, y a pesar del poco tiempo que llevan, ya les ha dado tiempo de realiza sus dos primeras actividades; dos talleres, uno de repostería de dulces navideños y otro de centros y coronas navideñas que tuvieron muy buena acogida.

Por otro lado, entre las nuevas ideas que les rondan la cabeza, y a las que poco a poco irán dando forma, está la posibilidad de hacer un concurso de fotografía de Marcilla en el que las imágenes ganadoras aparezcan después en un calendario. Además, esperan celebrar la Comida de las Socias en torno al 8-M junto con otra serie de actividades en las que están trabajando en la actualidad y en las que colaborarán con el colegio, el Ayuntamiento y Marcilla para la Igualdad, entre otras entidades, y en fiestas quieren instaurar el Día Lila; "que no sea el Día de la Mujer, sino que se visualice la igualdad, que sea una jornada inclusiva en la que los hombres también participen. Y es que no se trata de excluirlos, sino de convivir todos en igualdad".

También estarán presentes en el 25-N, en este caso de la mano del instituto y, además, pretenden implicar a todos los agentes sociales del municipio, "crear sinergias, colaborar e interactuar con todos".

PAPEL FUNDAMENTAL

En la actualidad, exponen, están unas 600 socias, un número que esperan incrementar con el impulso de la gente joven. Los hombres, de momento, no pueden formar parte de la asociación aunque, eso sí, aseguran que es un debate que está sobre la mesa porque "somos conscientes de que, en buena parte, lograr una igualdad real, depende de ello. Eso sí, primero daremos respuesta a las necesidades más importantes, a aquello que nos demandan, y después abriremos otros frentes. Ahora nuestro deseo principal es que las propuestas que nos hagan se lleven a cabo y que tengan aceptación porque eso siempre nos motivará para seguir adelante e ir paso a paso consiguiendo diferentes retos".

La cuota, insisten, es simbólica puesto que son 12 euros al año y no tiene un fin lucrativo sino que sirve para sufragar los gastos derivados de las actividades, sobre todo los monitores o ponentes. "Estas asociaciones son imprescindibles; la movilización de las mujeres, y más en pueblos pequeños, es fundamental. El objetivo con este cambio es unir a personas de diferentes edades y generaciones, que es algo que se puede. Queremos cambiar la mentalidad, que no parezca que es una asociación solo de gente mayor", apuntan en este caso Paula y Maider, dos jóvenes que han decidido formar parte de la historia de esta entidad.

La nueva junta, con sede en el Ayuntamiento viejo (aunque las actividades las realizan en escenarios diversos como el instituto, polideportivo, local de la Sociedad Ana de Velasco, etc), agradece "el esfuerzo y la trayectoria de la junta anterior. Su trabajo está ahí y nos han enseñado muchísimo" y, además, recalcan "la buena disposición de todas las personas con las que hablamos para lanzarnos a esta nueva aventura".

Para terminar, un lema que han hecho suyo: 'Yo soy porque nosotras somos', una filosofía 'Ubuntu' que, explica Villanueva, "quiere decir que nos necesitamos las unas a las otras para ser, es apuesta por un trabajo cooperativo y destaca el hecho de no mirar solo por y para una misma, sino por todas ".