Creía que la pandemia le iba a cortar las alas, pero nada más lejos de la realidad, y es que Edurne Aranda, falcesina de 31 años, decidió lanzarse a la aventura y montar su propio negocio, Tocados Posa Mariposa, a principios del año 2020. Aunque durante estos años se han cancelado prácticamente todas las bodas, comuniones y eventos gracias a los que ella podía haber despegado, no se resignó, siguió con la ilusión intacta y espera que este 2022 vuelva poco a poco la normalidad.

Edurne estudió Peluquería y después Asesoría de Imagen Personal en Madrid así como Wedding Planner. “Cuando acabé estaba un poco perdida; me gustaba la moda, crear con las manos, y las bodas. Fue precisamente en un enlace cuando vi un tocado que me gustó y decidí recrearlo. Me encantó el proceso”.

Después hizo algunos tocados para amigas y familiares conforme le iban pidiendo y ya fue en 2020, recuerda, cuando decidió emprender “con tan mala suerte de la llegada de la Covid-19. La verdad es que en ningún momento pensé en abandonar o desistir porque iba esperando, con cierta esperanza, a que todo pasara. Además, aproveché para seguir formándome”.

El nombre del negocio, explica, es un guiño a su familia, a quienes llaman ‘Las mariposas’ desde hace muchos años. “Le he querido hacer un homenaje a mi abuela”, cuenta esta falcesina emocionada.

Fue gracias a Instagram, red social en la que iba colgando sus creaciones, donde se fue haciendo hueco en este mundo. “Me empezaron a escribir y a hacer encargos. La verdad es que no sabía nada hasta entonces; veía algo e intentaba replicarlo. Empecé con tocados de porcelana y después con diademas con abalorios, más pensadas para las invitadas, para terminar dando el salto a las novias y a los tocados joya que ya requieren de soldadura”.

Los tocados joya

En Falces ha montado su taller, ya que no es una tienda como tal, y los trabajos que realiza suelen ser siempre bajo pedido y son personalizados. Cuenta con algo de stock pero es lo mínimo ya que, asevera, “tengo unos modelos hechos pero siempre te piden que los cambies o modifiques a su gusto”.

Los tocados de las invitadas “son más sencillos” pero los de las novias requieren de un proceso que puede alargarse hasta dos meses. “Vienen aquí o hacemos reuniones online, hablamos, vemos su estilo, el vestido, la cara y el peinado. Muchas veces vienen con alguna idea en fotografía y lo adapto, no lo replico, y otras veces partimos de cero y es mucho más bonito”. Ella, cuenta, hace un dibujo y después un prototipo que no suelda y que se puede manipular pero que “sirve para hacerse una idea”.

Para desempeñar bien este trabajo “lo más importante es tener paciencia, mucha paciencia, y creatividad. Aquí me siento realizada, es lo que me gusta”.

También ha probado y sigue confeccionando pendientes y decora pamelas y cinturones y, aunque ahora mismo no está pensando en expandirse más allá, es algo que tampoco descarta por completo. Además, el hecho de emprender en un municipio pequeño, “no fue sencillo. Gracias a las redes sociales no estoy solo en Falces, sino que cualquiera puede verme. Quizás en una ciudad sería mucho más fácil pero no me lo he planteado. Lanzarse es muy difícil porque nadie te ayuda; vas a ciegas y la verdad es que me sentí un poco sola, pero después vas saliendo. Nadie me trató de loca por emprender aquí aunque a lo mejor lo pensaron -ríe-. Todos me han apoyado mucho”.

Aunque asegura que tiene los pies en el suelo y va a ir paso a paso, en un futuro sí que le gustaría completar ella todo el proceso, y es que, por ejemplo, ahora los baños de color los tiene que hacer fuera de Falces. “Tampoco me importaría hacer los abalorios; se trata de ir cada vez más hacia la joyería, hacia algo más delicado”.

Quienes quieran ponerse en contacto con ella, a expensas de que lance la web, pueden hacerlo a través de Instagram @tocados_posamariposa, en el móvil 636166613 ó en el correo tocadosposamariposa@gmail.com.