- Todavía sin entrar en la fase de desescalada, el mercaddo semanal de Altsasu volvió ayer a las inmediaciones de Iortia pero con una imagen muy diferente a la de este mercadillo el pasado 11 de marzo. Y es que solo había puestos de alimentación dispersos por Baratzako Bide y la explanada del centro cultural, la mayoría en diferentes lugares a los habituales para guardar las distancias de seguridad con creces. En total eran 14 puestos, con fruta, verdura, conservas, frutos secos, embutidos, miel y huevos entre otros productos. "Han fallado algunos puestos. De normal suele ser una veintena", apuntaron desde la Policía Municipal, que veló en que se cumplieran los requisitos sanitarios establecidos. Para ello, se siguieron los protocolos establecidos por el departamento de Desarrollo Económico en cuanto a distancias frontales y laterales. Además, se instalaron los baños móviles que se colocan en fiestas al estar cerrado el centro cultural Iortia.

Lo cierto es que ayer se puso el foco en la prevención para evitar la propagación del coronavirus, con el reparto de guantes y también dispositivos non touch que ha adquirido el Ayuntamiento de Altsasu, 400 en total, tarea de la que se encargaron voluntarios de DYA Sakana.

Así, ayer fue día de reencuentros de comerciantes y clientes, con numerosas personas que se acercaron a realizar la compra, tal y como suelen hacer todas las semanas, en algunos casos con largas colas. De clientela fiel puede presumir Carmen Razkin, de Arbizu, que lleva 23 años acudiendo al mercadillo de Altsasu, dónde vende huevos, queso, bacalao y conservas principalmente. Después de seis semanas sin poder salir a las ferias, se mostraba contenta porque ha podido retomar su trabajo. "Vamos a los mercados de Noáin, Aoiz, Estella, Cizur y Sarriguren además de Altsasu", apuntó.

Todavía es más veterano en Altsasu el puesto de la familia de Lupe Manzano, que tomó el testigo de su madre en la venta de productos de Extremadura. "Llevamos 33 años viniendo al mercadillo, es un buen pueblo", aseguró.

Los puestos de alimentación representan en torno a un tercio del total, que suman 58. Y es que la oferta se completa con ropa, complementos, calzado, artículos de ferretería, bazar y flores entre otros artículos a la venta. En relación a cuándo podrían volver el resto de vendedores y vendedoras, el alcalde, Javier Ollo, señala que será de acuerdo al plan de transición del Gobierno Central y las directrices del Ejecutivo Foral. A la pregunta de sí habrá espacio para todos los puestos, avanza que "en la nueva realidad se deberán guardar las distancias. Por ello, se deberán estudiar otras fórmulas como habilitar mayor espacio público o alternar los puestos de alimentación y el resto".