yer, festividad de San Adrián, era día grande en Etxarri Aranatz, al igual que también lo fue el pasado sábado, San Kiriko, dos días de romerías y encuentros. Pero el covid-19 lo ha cambiado todo, y el Ayuntamiento decidió suspender las celebraciones porque cómo se decía en el bando emitido "la salud está por encima de todo lo demás y no queda más opción que vivir el verano y las fiestas de otra manera". Asimismo, se realizaba un llamamiento a la ciudadanía a actuar con responsabilidad y cumplir con las recomendaciones dadas por las autoridades sanitarias. "La circulación del virus puede reactivarse si se relajan en exceso las medidas de distanciamiento físico", observó la alcaldesa, Silvia Marañon. También recordaba que el pasado 27 de mayo, se organizó una comisión de fiestas, en la que se analizó la situación con diferentes agentes y asociaciones asi como vecinos y vecinas.

Así, se decidió celebrar una programación simbólica. Consistió en el reparto de una botella de vino, tanto el sábado como ayer, a cambio de un vale que el Ayuntamiento repartió entre los vecinos y vecinas mayores de 18 años, kalejira de la corporación acompañada de los txistularis y un dantzaki, danza que se baila en ocasiones especiales, a cargo de los quintos y quintas de este año aunque sin contacto físico.

Así, ayer los y las etxarriarras no se encaminaron a la ermita de San Adrián, a unos cinco kilómetros del núcleo urbano, en las faldas de Aralar, un bello paraje de robles y hayas en el que se celebra esta fiesta, la mejor en opinión de muchas personas, y por tanto, la más esperada.

La comida y la bebida son los principales ingredientes. Lo cierto es que los barquillos, nombre con el que se conoce en Etxarri a las tazas de plata habituales en buena parte de los pueblos de Sakana, circulan de mano en mano, una costumbre muy ecológica pero poco recomendable en tiempo de pandemia, de ahí que fueran sustituidas por las botellas, a modo de recuerdo. Se repartieron 1.344 en total.

Las comidas, en familia o en cuadrilla, se trasladaron a las casas. En muchas no faltó de postre piperopiles, dulce de anís que son característico de estos días y a cuya elaboración ha animado el Ayuntamiento a través de las redes sociales, con receta incluida. También se ha difundido la receta de la fritada, un guiso de carne que ofrece el Ayuntamiento a modo de almuerzo. Así, sin salir del pueblo transcurrió San Adrián en Etxarri Aranatz, con la mirada puesta ya en el próximo año.