- Tras varios años de negociaciones, el Ayuntamiento de Lekunberri ha cerrado un acuerdo con la fundación Astiz-Irujo para la recuperación de bienes comunales. "Ahora podemos continuar con los convenios iniciados en su día con diferentes vecinos y vecinas", adelanta el alcalde. Al respecto, recuerda que en junio de 2013, el Pleno aprobó la solicitud de convenio transaccional presentada por Bautista Irujo Goicoechea, heredero de Pilar Astiz, una de las mayores propietarias de Lekunberri. No en vano, su padre y su tío, los hermanos Bonifacio y Zacarías Astiz, eran los mayores contribuyentes de Larraun a finales del siglo XIX.

El contrato de convenio transaccional, donde se detallaban las parcelas comunales sobre las cuales ostentaba derecho de aprovechamiento, se firmó un mes después. "En compensación por la renuncia de todos los derechos que le correspondían sobre las fincas, se le adjudicaría en propiedad el 30% de la superficie total", explica el alcalde. Pero en marzo de 2016 falleció Irujo y unos meses después, en noviembre, se constituyó la Fundación Astiz-Irujo como heredera del finado.

El procedimiento siguió adelante y en julio de 2018, el Pleno aprobó de forma definitiva el convenio transaccional suscrito por Irujo. No obstante, el pasado febrero la Fundación Astiz Irujo solicitó la modificación de algunas de las parcelas adjudicadas a la vez que transmitía su intención de seguir con los trámites iniciados por Irujo. "Aceptar la solicitud suponía finalizar un convenio iniciado en 2013 y recuperar el aprovechamiento de 369.595,87 metros cuadrados de superficie comunal", destaca el alcalde. "Además, nos permite hacer lo propio con el resto de particulares que en su día mostraron también interés en firmar convenios transaccionales", añade.

Aproximadamente la mitad del aprovechamiento de comunal de Lekunberri estaba en manos de particulares por unos acuerdos que se remontan al siglo XIX. Por ello, el Ayuntamiento inició en 1989 un expediente de investigación para su recuperación, recurrido por diferentes propietarios, ralentizando el proceso hasta que se volvió a retomar en 2005. Según un estudio realizado entonces, de las 661,17 hectáreas de la superficie total del municipio, el 80% era suelo rústico y de éste, el 31,86% era de particulares y el resto de propiedad comunal.

Esta situación se remonta a 1841, cuando la Diputación de Navarra autorizó la distribución de algunos helechales entre 33 vecinos de la localidad, aprobándose un año más tarde un decreto que ratificaba este privilegio. Una década después, en 1851, se acordó la privatización de helechales, imponiéndose ciertas condiciones en cuanto a la repoblación. Al no cumplirse estas condiciones, un decreto de 1900 anuló la particularización de los helechales; decreto al que varios vecinos interpusieron recursos contencioso-administrativ os. Así, en 1901 se llegó a un acuerdo transaccional de escritura pública entre los vecinos, el Concejo y la Diputación por el que se reconocía el derecho de estos particulares al aprovechamiento de helechales y arbolado. El agua y la hierba seguía siendo de aprovechamiento público.

Transcurrido más de un siglo, en marzo de 2007 se aprobó un primer convenio transaccional para determinar la titularidad de las fincas y evitar posibles pleitos basados en reclamaciones.. Así, a los titulares del aprovechamiento se les ofrecía en propiedad el 20% de los terrenos de los terrenos que tenían derecho, porcentaje establecido por el Gobierno de Navarra. En el caso de terrenos con arbolado, se les concedía una indemnización por su valor en el 80% restante. Pero algunos propietarios no estaban de acuerdo, por lo que se planteó una segunda opción en la que se cambiaba el 20% y la indemnización del arbolado por la propiedad del 30%

Este convenio transaccional fue aprobado en 2009. En solo dos años se recuperaron más de 70 hectáreas después de que 17 particulares, que representaban el 35% de la superficie comunal con derecho de aprovechamiento, se acogieran al convenio. Ahora, tras el convenio con la Fundación Astiz-Irujo, se podrá materializar el acuerdo al que se había llegado con una docena de particulares.

Desde 1841. Cerca de la mitad del aprovechamiento de comulaes estaba en manos de particulares desde que la Diputación autorizó su distribución entre 33 vecinos.

Convenio. Contempla dos opciones. En la primera se reconoce en propiedad del 20% de la superficie más el aprovechamiento del arbolado existente y en la segunda 30%.