Cuando se cumplían 85 años del asesinato de tres vecinos de Uharte Arakil, Silverio Astiz Lacunza, alcalde electo de esta localidad, su hijo Silverio Astiz Ezcurdia y Víctor Martirena Alegría; familiares, vecinos y vecinas les recordaron este pasado domingo, así como a todas las personas represaliadas tras el alzamiento fascista de 1936. Así es desde el año 2016, cuando fueron nombrados hijos predilectos de Uharte Arakil. Ese día también se inauguró la renovación de la plaza San Juan, desde entonces Herriko seme alaben plaza, donde les recuerda una escultura de Miren Ustarroz. Previsamente, en este lugar fue la ofrenda floral y un minuto de silencio roto por los aplausos.

“Pedimos memoria, justicia y reparación”, señalaron desde Uharte Arakil memoria galtzen, un colectivo surgido en 2015 para recuperar, reconocer y rehabilitar la memoria de estas personas. “Queremos que el pueblo de Uharte Arakil conozca esta realidad que ha permanecido oculta entre nosotros y nosotras tantos años”, destacaron.

Si bien siempre se ha pensado que estos tres uhartearras fueron enterrados en la fosa de Ibero, hasta la fecha solo se han encontrado los restos de Víctor Martirena, los primeros en aparecer en la exhumación que llevó a cabo la Sociedad de Ciencias Aranzadi en 2015. Transcurridas más de ocho décadas desde que le sacaron de su pueblo a la fuerza, sus restos volvieron en 2017.