- Un año más, y en este caso sin parón por la pandemia, el repique de las campanas de la parroquia de Altsasu anunciaron ayer al mediodía que era la Cruz de Mayo, el primero de unos pregones sonoros que se sucederán hasta la otra cruz, la del 14 de septiembre, el día grande de las fiestas. Lo cierto que es una costumbre que sigue muy viva en Altsasu y prueba de ello es que apenas había sitio en el campanario, con siete voluntarios dispuestos a renovarla. Eran: Asier Beramendi, Jesús Bengoetxea, Félix Martínez, Belén Rubio, Jesús Irisarri, Pedro Jiménez y Jean Pierre Everts. Este primer repique sonó durante 25 minutos, un concierto que llegó a todos los rincones de la villa.

Si bien por su trabajo no podrán subir todos los mediodías al campanario, aseguraron que acudirán siempre que pueda. “El pasado año solo falló dos días”, observó Belén Rubio, la primera repicadora de Altsasu.

Esta tradición se pierde en el tiempo. Al igual que otras, desapareció a mediados del pasado siglo, tiempos de grandes cambios en Altsasu. La recuperó a principios de los años 70 Enrike Zelaia, quién recogió el repique de tres campaneros y lo trasladó a una partitura que entregó al Ayuntamiento. Comienza con un toque de oración, introducido por una llamada de las campanas pequeñas, que solo se utilizan en días señalados. Le responden tres toques de la campana mayor, seguida de otros nuevos. El resto lo marca el campanero o campanera de turno, incorporada la mujer en esta costumbre.

El primer repique también anuncia las fiestas del casco viejo, que tras dos años de espera, volverán este fin de semana. Arrancarán el sábado a las 11.30 horas con la salida desde Intxostiapunta de la comparsa de gigantes de Altsasu. Al mediodía será eLe Festa, un homenaje a los y las euskaldunberris y mintzodromo además de taller infantil, auzate y el mago Kidam, en la plaza de Los Fueros. Por la tarde, el gaztetxoko saldrá a la plaza, con gynkana, talleres y juegos. Asimismo, de 18.00 a 20.00 horas, se podrá ver en Gure Etxea los trabajos del curso de lencería. Por la tarde y noche habrá bailables.

El domingo será la feria de artesanía, un escaparate de viejos oficios y demostraciones artesanales en la plaza, dónde además de ver trabajar con manos expertas y realizar alguna compra, se podrá degustar exquisitos talos durante toda la mañana. Muy cerca, se abrirá de nuevo la exposición de labores.

Por otro lado, en la zona de Iortia, al mediodía se celebrará el Dantzari Txiki Eguna, con los grupos de danzas Orritz, de Irurtzun; Lurra, de Urretxu y Etorkizuna, de Sakana.

Día grande, la corporación, acompañada de la Banda de txistularis de Altsasu, acudirá a la ermita de Santo Cristo de Otadia, que se abrió ayer después de más de dos años.

Las celebraciones continuarán por la tarde, a las 17.00 horas en el frontón Burunda, con un festival de pelota que homenajeará a Oinatz Bengoetxea, organizado por Pilotajauku. Las entradas están a la venta el bar Koxka y el domingo a partir de las 15.30 horas en taquilla a 5 euros, menores de 12 años gratis.

Las fiestas de este año se despedirán con un concierto de la banda Haize Berriak, que en esta ocasión estará acompañada de alumnado de la Escuela de Música de Altsasu, a partir de las 18.30 horas en la explanada de Iortia.

Siete campaneros. Ayer subieron al campanario Asier Beramendi, Jesús Bengoetxea, Félix Martínez, Belén Rubio, Jesús Irisarri, Pedro Jiménez y Jean Pierre Everts.

Tradición recuperada. El repique de la cruz de mayo se perdió a mediados del pasado siglo y fue recuperado a principios de los años 70 por Enrike Zelaia.

Fiestas del casco viejo. Arrancarán el sábado con los gigantes de Altsasu y otras propuestas. Finalizarán el domingo con la feria de artesanía por la mañana y un concierto especial de Haize Berriak por la tarde.