De las aulas en vacaciones del colegio público de Aibar, Gabriel Valentín Casamayor, sale a primeros de agosto desde hace nueve veranos el sonido de acordeones afinados por manos jóvenes que aprenden, crean y se relacionan en el especial ambiente del Campus de Acordeón de Aibar/ Oibarko IX. Akordeoi Kanpusa, que este año cumple su novena edición.

Organizado por la asociación local Oibarko Soinujoleak, formada actualmente por Izaskun Andueza y Sara Pérez, en este 2019 son dieciocho jóvenes con edades comprendidas entre los 14 y los 29 años quienes participan esta semana en el mismo de martes a domingo. Además de sumar conocimientos, protagonizarán cuatro conciertos en los pueblos de los ayuntamientos que lo respaldan: Leache (ayer), Lerga (hoy) Rocaforte (mañana).

Los tres a las 20.00 horas en sus respectivas iglesias. El cuarto será el de clausura el domingo a la una en Aibar en el Auditorio Álvaro Aldunate. "Durante el Campus el alumnado tiene clases y actividades que le ayudan a crecer como músicos de una manera innovadora, conviviendo y relacionándose con compañeras y compañeros de diferentes edades y perfiles, compartiendo experiencias y vivencias en un entorno ideal para el aprendizaje y el estudio", explica Nekane Iturrioz Petralanda, catedrática de acordeón del Conservatorio Superior de Música de Navarra, como parte del profesorado que completan Ángel Luis Goñi Collado y Javier López Jaso, profesores del Conservatorio Profesional de Música Pablo Sarasate.

Cuentan también con Manuel Gil, profesor invitado para dar el curso de Sound Painting ( Masterclass de excelente acogida). La formación se complementa con actividades extraordinarias que contribuyen a difundir el conocimiento y el gusto por el acordeón y que sirven para ampliar la oferta cultural de Aibar/Oibar y su comarca en época estival.

CREATIVIDAD

El hecho de que el Campus de Aibar se cubra todos los años con el número máximo que puede recibir (18) "es la muestra del interés que despierta entre los jóvenes acordeonistas este tipo de propuestas", expresa Nekane Iturrioz, al tiempo que añade que es un trabajo "formativamente extraordinario porque hacemos colaboraciones con distintas artes, damos buenas herramientas para la música clásica, como hacer improvisaciones libres, porque buscamos cómo llevar a cabo proyectos interesantes y creativos con la música, que es vida", explica.

Así lo entienden los y las jóvenes procedentes de Bilbao, Cataluña y Navarra. Los que comienzan, repiten y algunos "abonados" a las nueve ediciones, como Iñaki Zugaldía Rubio, de Subiza. "Este campus es como una burbuja, te metes, te olvidas de todo y tocas; como la pretemporada de los futbolistas: te pones a punto para empezar el nuevo curso", opina el veterano Iñaki Zugaldía Rubio.

Compagina su trabajo como gestor de servicios energéticos (arquitecto técnico) con los estudios de 4º y último curso de acordeón en el Conservatorio Superior. "La música y el acordeón me aportan paz y desconexión y me encanta la adrenalina del escenario, la conexión con la gente desde el mismo y las muchas posibilidades de este instrumento que elegí desde pequeño con total libertad. Sin contar iniciación y máster, los Grados Medio y Superior de Música suman seis años.

Larga es la carrera y grande el esfuerzo. A Iñaki le sigue de cerca en el campus Irati Zabaleta Gastón (2001) la única de Aibar que heredó afición de su padre y hermano. "Tengo suerte de que el campus sea en mi pueblo y con mi instrumento. Aprendo y es un gran apoyo para el nuevo curso, además de relacionarme" .

Desde Barcelona se estrena Clara Morcego Sánchez (2005), la más joven y estudiante de primer curso superior. Su profesora le recomendó el campus y ella asegura que también lo aconseja. "Siempre toco sola y aquí lo hago en grupo. Venir te hace avanzar divirtiéndote y Aibar es muy bonito".

Iñaki, Irati y Clara son algunos ejemplos que tienen en común la elección del acordeón como instrumento para sarrollar su pasión: la música. Y un campus inolvidable en el bello Aibar, que suena bien, se mire como se mire.