- Los ríos Irati y Salazar tampoco se han librado de la avalancha del fin de semana en el que centenares de personas llegaron de diferentes puntos de Navarra a sus orillas protagonizando una invasión sin precedentes en las entradas de las foces de Arbaiun (Romanzado) y de Benasa, (Navascués), y una asistencia extraordinaria en la Foz de Lumbier, en la que el domingo se contabilizaron 250 coches (más de 800 personas). Este hecho ha llevado a pequeños ayuntamientos como el de Romanzado (en la comarca de Sangüesa) a solicitar asesoramiento y ayuda urgente al Gobierno de Navarra, así como a estudiar posibles medidas para impedir su repetición en fechas próximas. Asimismo, miembros del concejo de Navascués se reunían ayer por la tarde para tratar el tema.

El alcalde de Romanzado, Aitor Sola, aseguraba no haber visto nunca la imagen del domingo en Usún con más de 50 coches aparcados en la carretera. Fin de semana y tiempo veraniego después de dos largos meses de confinamiento anunciaban gran afluencia y un cambio en la imagen de los territorios. "Esperábamos mucha gente, pero no esta avalancha cruzando el pueblo hacia la Foz, con el peligro que entraña para sus habitantes", lamentaba el alcalde, que criticaba a su vez la conducta irresponsable en la reserva natural y las consecuencias ante la COVID-19. Por este motivo, ayer mismo recabó ayuda del Gobierno de Navarra y de Cederna-Garalur, y mantuvo sendas conversaciones con Karmele Areta (Jefa de Sección de Espacios Protegidos y Especies Protegidas) ) y Carlos García (Agente de Desarrollo de Cederna-Garalur en la zona). "Somos un Ayuntamiento pequeño y tenemos ciertas competencias. Una parte es reserva natural y otra no. Habrá que encontrar un equilibrio porque solos no tenemos capacidad para regular el acceso. Sabemos que está pendiente la regularización del uso público de la Foz de Arbaiun y esperamos que el Gobierno lo dinamice", explicaba. Añadía que están valorando posibles acciones de cara al próximo fin de semana, cono reducir el aforo de coches al 50% para preservar la seguridad de los 25 vecinos "que se sienten indefensos. Si es preciso, llegaremos a cortar la entrada al pueblo", adelantaba el alcalde.

El mismo domingo, cerca de Usún, en la pequeña entrada a la Foz de Benasa, en el Almiradío de Navascués, se acumularon 98 coches hasta la carretera en un registro sin precedentes en esta época del año. "La mayor afluencia se produce en julio, una vez limpia y llena la balsa en el barranco, y nunca llega a este punto", puntualizaba la presidenta del concejo en funciones, Merche Rodrigo, al tiempo que manifestaba la indignación vecinal que no pudo ni acceder al término, así como su queja por la suciedad de contenedores repletos y desbordados.

El concejo se plantea a su vez medidas para llevar a cabo y confía en que la situación sea puntual y cambie con el paso a la 3ª fase del desescalamiento, "que permitirá la movilidad a la playa", apuntaba y añadía que pedirán ayuda al Gobierno.

Aunque más preparada para acoger al visitante, la fecha queda marcada también como una jornada de las de mayor entrada en la Foz de Lumbier que contabilizó 250 coches (850 personas) el domingo y 180 vehículos el sábado, todos procedentes de Navarra, algo que el guarda Román Burguete no conocía desde 2011.

En su jornada de 12 horas del domingo se triplicó su trabajo de control del aparcamiento, con la indicación de las normas sanitarias expuestas por COVID , desinfectando los baños cada hora, e incluso requirió la presencia de la Policía Foral, para precintar el merendero y control ar la cantidad de grupos que se adentraron a la reserva natural portando neveras, mesas y sillas plegables.