No sé si es problema del tipo de aceras, de los árboles que se plantan, del constante paso de perros, de que los tudelanos somos muy sucios o de que simplemente no se limpian las aceras pero es una oda a la suciedad recorrer la avenida de Zaragoza de arriba a abajo. Sinceramente creo que es muy difícil mantenerlas limpias, pero el mal aspecto que dan para quienes nos visitan (que cada vez son más) es más que evidente. Quizás sea necesario poner más énfasis en los colegios, realizar grandes campañas de concienciación o invertir más en la limpieza, pero algo hay que hacer entre todos, gobierne quien gobierne.

Manuel M. S.