los 13,2 millones de euros que llovieron sobre la Ribera a partir de las 10.00 horas convirtieron al 22 de diciembre de 2018 en un día histórico muy difícil de repetir ya que ha sido la mayor lluvia de dinero que haya caído nunca en esta comarca. Los 259 décimos vendidos en la Ribera dan una idea de la cantidad de gente a la que el pellizco de euros de ayer les va a hacer vivir la Navidad de otra manera, en buena medida gracias al tercer premio, el número 4.211 que cientos de riberos no van a olvidar y del que compraron 256 décimos.

En primera línea de quienes no lo van a olvidar se encuentra la familia Rupérez García, de Fitero, que recibieron 400.000 euros al haber comprado un décimo del gordo, el 3.347. Dos familias fiteranas durmieron a pierna suelta, los Rupérez y los Aliaga, los primeros por cobrarlo y los segundos por entregar el premio más deseado para unos vendedores de lotería y solo tres meses después de tomar el negocio. Con cierta sonrisa nerviosa, la que se escapa cuando aún no crees lo que está pasando, su mujer, Julia García no paraba de acordarse de su hija. “Silvia tiene comida en Logroño, porque trabaja en Bodegas Ontañón y están de comida de empresa”. Su marido José María no paraba de repetir, “es para la familia. Somos siete, los cinco de mi hija y nosotros. Es para los siete de la familia”. Los Aliaga dieron además dos terceros premios (4.211) lo que significó que Daniel Chivite y Rosa Jiménez habrán recibido 50.000 euros y otros tantos el matrimonio formado por su hija Barda Chivite y José Manuel Bermejo.

Jóvenes y trabajadores es el perfil mayoritario de las personas que recibieron ese premio de 50.000 euros en Tudela de cada uno de los décimos y que servirá para pagar un coche o eliminar parte de una hipoteca. En pocas ocasiones como el “para tapar agujeros” está más que justificado.

mercadona Pero las mejores imágenes sin duda se vieron en el interior y exterior del supermercado Mercadona, cerca del paseo del Queiles de Tudela. Los 60 empleados aprovechaban sus descansos para salir a abrazarse a los clientes que les gritaban “¡enhorabuena!” y a los compañeros que llegaban a su turno. Para María Monguilán (28 años) y Sandra López (29 años) este año va a ser muy difícil de olvidar. “¡Qué año, tía. Éste es nuestro año!”, se decían una a la otra aún con su uniforme y sin poder parar de reír. No en vano, ambas se habían casado, se habían comprado un piso y María, además, se había quedado embarazada hace unos meses. Sandra, por su parte, había comprado tres décimos, al igual que otros empleados, que había repartido con familiares. Para la foto de los medios, dos decenas de empleados posaron marcando con las manos el número de décimos que llevaba cada uno. En el otro lado, con cierta tristeza, recordaban también a tres compañeros que no habían comprado, una pesadilla que todos hemos tenido en alguna ocasión. Casi todos los empleados agraciados son jóvenes y bajan de la treintena y el que no decía que se iba a comprar un coche, hablaba de reducir la hipoteca o darse algún capricho.

Sara, de 25 años, contaba cómo su pareja, también trabajador, llevaba otro décimo agraciado. Anabel, de 41 años, que está al frente de la carnicería, recordó cuándo le avisaron a las 13.30 horas. “Estaba cortando jamón cuando ha venido una compañera desencajada a decirnos que nos había tocado la lotería, el tercer premio”, a partir de ahí todo fue una fiesta, contaba Anabel a las 14.15 horas ya fuera de su turno. A su lado, llevando una fila de carros de la compra, el tinerfeño de 30 años David Gómez no podía dejar de sonreír mientras relataba cómo él llevaba 75.000 euros “un décimo y medio porque compartí uno con mis padres que están en Tenerife. Así da gusto trabajar, se me va a hacer el día mucho más corto”. David, igual que Anabel llevan ya 4 años en Mercadona.

El número agraciado, el 4.211 no fue elegido al azar, es el número que tiene este supermercado dentro de la red de Mercadona y a él están abonados en la plaza de Los Fueros que vendió ayer 100 décimos de este número (5 millones de euros y un tercer premio (6.000 euros del 2.308). En esta administración, Emilio Casado (hermano del anterior alcalde de Tudela Luis Casado) narraba cómo era la primera vez que daban un premio así en Navidad, “si hemos dado en Bonoloto, Euromillones, y primer y segundo premios de la Lotería Nacional, pero en Navidad no, es la primera vez”. El establecimiento, que regenta su mujer, Ana Lourdes Apastegui, tiene más de 24 años como administración, si bien acumula más de 50 años de historia como receptor de quinielas que fundó su abuelo Delfín Nadal.

sUPER pERFUMERÍA Ana Asiain (38 años), Cristina Vela (32 años), Jennifer Gamito (31 años) y Denise Leal (27 años) fueron precisamente a la plaza de Los Fueros para celebrar sus premios y no dejaban de hablar por el móvil. Empleadas de la cadena Super Perfumería situada en la calle Carrera (en pleno centro de Tudela), decidieron comprar décimos del 04.211 cuando Cristina Vela tuvo que comprar para su jefe tres décimos el pasado martes. “Llegué y vi varios números y decidí coger éste al azar”, comentaba, “cuando estaba aquí dije, a ver si le va a tocar a nuestro jefe y a nosotros no”. Entonces decidió avisar a sus compañeras y así todas compraron, sin saberlo un décimo que desde ayer vale 50.000 euros. Ayer Jennifer lo tenía claro, “es el mejor trabajo de mi vida”, decía entre risas, no en vano apenas llevaba 6 meses y de repente recibía este premio. Juntas posaron para todos los medios y también con el lotero que les había dado la suerte.

Pero si una administración se cubrió ayer de euros ésa fue la del matrimonio Enrique Arnáiz y Laura Utiel que ayer repartieron 6,9 millones de euros entre los tudelanos desde su estanco en la calle Ador (antigua Arcos Escribano), provenientes de 138 décimos del 4.211 y un tercer premio (6.000 euros) del 29.031. Como narró Laura Utiel, apenas llevan 4 años vendiendo lotería (como punto mixto) pero como comercio fue casi el primero en establecerse en el Barrio de Lourdes en 1953, “cuando se construían aún las primeras casas” y todas las calles eran barro. “Estamos desbordados de la ilusión”, decía su hija Mar Arnáiz, “es un número que sacamos todos los años, si bien hasta ahora nunca habíamos dado premios en Navidad, el año pasado dimos 60.000 euros con la Lotería Nacional”. Pese a no tocar el premio, aseguraban ayer que “uno se pone igual de contento que si le tocara porque sabes que se los has repartido a gente conocida”. Aparte de estas dos administraciones, la de Eroski entregó cuatro décimos (200.000 euros) y la de la Cuesta de la estación tres décimos (150.000 euros), todos ellos del número 4.211.

LA RIBERA Más allá de Tudela, epicentro de los millones, la Ribera también se vio muy agraciada. En total, 950.000 euros viajaron por Fitero, Cabanillas, Ablitas y Corella. En Corella, en la librería de María del Carmen Jiménez Arellano, que desde 2011 vende lotería, también era fiesta. Los tres décimos que vendió de máquina dieron a uno o varios vecinos 150.000 euros de este tercer premio. Desde la administración de la localidad de la plaza de Los Fueros de Ablitas afirmaron que los 250.000 euros se han repartido entre vecinos del pueblo. La titular de la administración es María Villar Laguardia y su esposo, Gregorio Zardoya, señalaron que les hace “mucha ilusión” haber repartido este premio entre vecinos del pueblo, porque “sé que le ha tocado a gente que lo necesitaba”.

Por último, en la administración

de la calle Ramón y Cajal 35 de Cabanillas también vendieron un décimo del 4.211 que tantas alegrías trajo ayer a la Ribera.