Vivimos en épocas de grandilocuencias que parecen necesarias para que el público preste atención. Los medios de comunicación, sin distinción, están sumidos en el “a ver quién la tiene más larga” empeñados en cubrir de calificativos y palabras contundentes todas las informaciones. Si se firma un acuerdo es “histórico”, si en invierno llega el frío es “una ola de frío polar”, si se juega un partido es “una final adelantada” o “el partido del siglo”, si marcan gol es “el mejor de la temporada”, si te cuentan un cotilleo “todo lo que siempre quiso saber de...” y si hay un atasco es “caos en la AP-83”; de estos maximalismos se ha contagiado también la política. Solo hay que verla.

J. Pérez