Pensado para albergar viviendas de jóvenes y con la idea de crear un edificio emblemático que dé personalidad a un espacio hasta ahora abandonado, el proyecto Atalaya, presentado por el estudio madrileño Rodríguez y Oriol Arquitectos, será el que finalmente se construya en la Azucarera con 24 viviendas de protección oficial (en régimen de arrendamiento) y que, promovido por Nasuvinsa. Si se cumplen los plazos, podría estar habitado a finales del próximo año 2020. Tras este proyecto inicial, sobre el que se han resuelto ya las alegaciones, hay 4 meses para realizar el definitivo de ejecución y una vez realizado se prevé que las obras se inicien en el mes de octubre.

El proyecto es totalmente rompedor y marca en su “flexibilidad y adaptabilidad” alguna de sus señas de identidad, junto al consumo energético “casi nulo” y el empleo de la geotermia como energía para calentar la vivienda. El diseño hace especial hincapié también en lo “social y lo colectivo” buscando zonas de conexión entre vecinos, tanto dentro como fuera del edificio. Además, los arquitectos apuestan por un diseño en el que el edificio sea un “referente” dentro una trama “urbanizada deslavazada” y “necesitada de un protagonista”. De ahí el nombre de Atalaya ya que además cada una de las 24 viviendas tendrá “vistas cruzadas” hacia distintos puntos del entorno con dos orientaciones. En definitiva se pretende que sea una “baliza y ancla” de la Ribera.

El edificio se construirá en un solar ubicado entre la vía del tren y junto al puente de acceso al barrio de la Azucarera, en el cruce entre el paseo de Los Tilos y la calle San Marcial, frente al tanque de tormentas. Al contar con consumo energético “casi nulo” el Banco Europeo de Inversiones financiará el 45% de los 2,5 millones de inversión, mientras que el resto correrá a cargo del Gobierno foral (20%) y Nasuvinsa (35%). El proyecto se enmarca dentro de las actuaciones anunciadas por Nasuvinsa para promover viviendas para jóvenes y que tienen otro punto de impulso en la plaza del Horno de Coscolín.

flexible El edificio se plantea como una construcción rotunda que deje marca en el entorno y que albergará 24 viviendas de entre 75 y 90 m2 (2 y 3 dormitorios). Está proyectado con un patio circular interior “y viviendas perimetrales ordenadas en esvástica”, lo que permite que todas sean iguales y que todas tengan todas las habitaciones exteriores con dos orientaciones distintas, además de “unas condiciones óptimas de iluminación natural y ventilación”. La principal característica es que se podrá “añadir un cuarto dormitorio” a los de 90 m2 y dado su “orden estricto y precisión dimensional” se puede dar un gran abanico de tipos de viviendas o incluso adaptarlas “al paso del tiempo, pensando en las necesidades futuras”.

Por ello se podrán hacer cambios de tamaño o uso de las estancias “por medio de sencillas actuaciones en el interior que no afectarán a elementos estructurales”. Es decir, una misma casa de 90 m2 puede empezar con dos habitaciones y con el paso del tiempo, sin excesiva dificultad, ir ampliando o reduciendo número de habitaciones (3, 2 o 1) a su antojo y según las necesidades familiares.

Con respecto al consumo energético, que se prevé “casi nulo” tendrán además sistemas de protección solar exterior (en verano) y de captación de radiación directa (en invierno) además de tener paneles fotovoltaicos en las cubiertas como pérgolas en plena calle.

La energía necesaria para la climatización de las viviendas procederá de un sistema de geotermia instalado “a gran profundidad” y que se difundirá en las estancias a través del “suelo radiante”.

El acceso principal se realizará a través del Paseo de Los Tilos y junto al portal se encontrará la entrada al garaje que contará con 24 plazas de aparcamiento y 24 trasteros en el perímetro. En el centro, en el patio cubierto, se encuentra también un “jardín interior que da amplitud” y amabiliza los cruces diarios de los vecinos.

la azotea Otro de los detalles a destacar de este proyecto inicial ganador, del despacho madrileño Rodríguez y Oriol Arquitectos, es el uso de la azotea y el patio. Con la idea de potenciar la “creación de vínculos de comunidad” entre vecinos, la firma ha diseñado el espacio común circular central a modo de patio “al que abren las puertas de entrada de todas las viviendas”, con tres salas comunitarias repartidas en diferentes niveles que quedan a disposición de los habitantes. Además en la azotea se prevé la creación de un huerto para la comunidad y un “txoko con vistas, cubierto del sol y la lluvia con un sistema textil.

Estas instalaciones tienen como objetivo potenciar la comunicación y socialización de los vecinos al contar con espacios de disfrute común que también tendrán su reflejo en el diseño y la urbanización del entorno del edificio.

hace 20 años En este mismo emplazamiento se había proyectado construir hace 20 años (en 1999) 68 viviendas de protección oficial en un edificio que tenía forma circular, pero que finalmente, ante la falta de demanda, se desestimó. Según señaló entonces el departamento de Vivienda en total se presentaron dieciséis solicitudes, de las que cinco fueron descartadas porque no cumplían los requisitos necesarios y sólo once se admitieron como válidas. Ante esta falta de demanda, la consejería decidió suspender provisionalmente esta promoción hasta que se den las condiciones adecuadas para llevarla adelante y a través de la antigua sociedad pública VINSA comunicó esta decisión tanto al Ayuntamiento de Tudela como a los solicitantes de vivienda.

Según señaló el departamento en aquel año de 1999, se trataba de la primera vez que se aplaza una promoción de VINSA por falta de demanda. En este caso eran 68 viviendas, cuatro de ellas de dos dormitorios y las 64 restantes de tres dormitorios, todas ellas con garaje en el sótano, en un edificio que fue proyectado con forma circular en cuyo interior estaba prevista una plaza de acceso peatonal a través de un porche. La promoción, de cuyo proyecto se encargaron los arquitectos tudelanos Luis Cornago y Teresa Bonal, estaba dirigida a aquellas personas que en su declaración de la renta correspondiente a 1998 tuvieron unos ingresos superiores a 1.035.000 pesetas para las viviendas de dos dormitorios, y de 1.230.000 pesetas para las de tres dormitorios.

Proyecto ‘Atalaya’

el entorno

l Bosque y plaza. En la calle alrededor del edificio ‘Atalaya’ los arquitectos plantean “dos áreas claramente diferenciadas: el bosque y la plaza”. En la zona más cercana a la vía se plantea llevar a cabo “un gran bosque de cien árboles que actuará como barrera natural con las vías del tren y la subestación eléctrica del paseo de Los Tilos”, cuyo emplazamiento seguirá estando en el mismo lugar. Por otra parte, en el exterior de la parcela donde se construirá, y a lo largo de la curva que se traza ya en calle San Marcial, se proyecta “una gran plaza con diversas zonas de pavimentación permeable e impermeable, para dar servicio a los bajos comerciales y permitir el acceso de vehículos a la rampa del garaje.

detalles

l Los plazos. Si se cumplen los plazos previstos, en 4 meses estará terminado el proyecto de ejecución y después en unos 14 meses se podrían terminar las obras. Por este motivo desde la empresa pública Nasuvinsa estiman que para finales del próximo año 2020 podrían estar empezando a habitarse las primeras viviendas.

l El edificio. La forma que tendrá el edificio es de un cubo de unas dimensiones de unos 22x22 metros.

2020

Año. Es la fecha que se prevé para que, a finales, se comiencen a habitar las viviendas.