corella - Las fiestas que dieron comienzo ayer en Corella en honor a San Miguel son, como decía el anuncio de un conocido refresco, para altos, bajos, jóvenes, mayores, adultos, pequeños, adolescentes, veteranos, ancianos, bebés, ricos y pobres. Todos tienen su rincón y su espacio en el programa festivo de una localidad que cuelga el cartel de “no hay espacio” en bares y terrazas ya que, no en vano, son unas de las fiestas más concurridas de la Ribera. Más allá de los actos, y como indicó ayer el alcalde Gorka García antes de prender la mecha por segunda ocasión (la primera fue en 2015), “más allá del cargo, lo mejor como corellano es poder juntarte con los amigos, salir por las calles, hablar, bailar y esos momenticos de la calle”. Y es que el ambiente en fiestas de San Miguel de Corella va mucho más allá de los actos. Para su concejala de Festejos, Adela Fernández, “el Día del Vino y el ambiente de la calle Mayor es lo mejor. En Corella no se puede destacar un acto, es lo que se vive en las calles”.

Sin embargo, observando el programa, que se inició ayer con homenaje a las peñas Gracurris y El Tonel y a los funcionarios jubilados (Fabiola López, Juan Ignacio Gómez, Miguel Ángel Segura, Araceli García, Luis Mateo y María Villar Marcilla), se ve que hay jornadas diferentes como la dedicada al “baby boom”, a “la generación del guateque” o al “joven y al mayor”. “Este año hemos querido dar una vuelta a esas cosas y esos sectores de población que se quedaban algo más atrás. Enganchar así a los que tienen entre 12 y 16 años y dedicar un día a la ‘generación guateque’, nacida en los 60 70 y que ni es mayor ni se identificaba con ningún sector”, dijo García.

Así, dentro del presupuesto de más de 150.000 euros, la mayor partida, y con mucha diferencia, es para el ambiente musical ya que se le dedican 58.000 euros, por 12.000 euros para encierros y capeas, al margen de los 25.000 euros para el contrato con el empresario taurino para los festejos taurinos (festival de recortes y de anillas y una corrida el día grande de San Miguel).

El alcalde, Gorka García, fue el encargado ayer de prender la mecha del cohete recordando la importancia del respeto y de la igualdad hacia la mujer. Abajo, los más jóvenes tomaron la plaza y solo después de arrojarse todo el kalimotxo posible encima atendieron a los gritos de “¡corellanos, corellanas!”. Los 8 días de fiestas habían comenzado.