l pasado 26 de junio, se cumplieron 7 años de la apertura de las instalaciones del Banco de Alimentos de Navarra para Tudela. Durante todo este tiempo, entre unos 18 y 20 voluntarios han desarrollado esa labor social de lucha contra el hambre y el desperdicio alimentario en la Ribera. En 2014 se hicieron mejoras y las instalaciones implicaron ahorrar a las entidades sociales de Ribera de Navarra unos 80.000 kilómetros de ir y volver de Pamplona para poder recoger los alimentos y llevarlos a sus pueblos para repartirlos. Hoy, 7 años después, son 5.100 los beneficiarios en la Ribera, según apunta Maite Mateo, coordinadora del Banco de Alimentos en Tudela y miembro del equipo de gestión de la Fundación.

Ella comenzó a trabajar como voluntaria en el BAN en julio de 2013, un mes después de implantar ahí el reparto, hoy se muestra satisfecha de lo que se ha conseguido en estos años: "no sólo por la labor de apoyo a las familias más necesitadas de todas esas localidades, sino también por la implicación que se ha logrado por parte de los ayuntamientos riberos y de los servicios sociales de base".

Gregorio Yoldi, entonces voluntario y vicepresidente del BAN, recuerda que el 26 de junio de 2013 "se prepararon y entregaron los primeros pedidos en el almacén nuevo del BAN tradicional en Tudela, para 1.250 personas, con 12.000 kilos, a través de las entidades del Buen Pastor (250 personas); Inmaculada (250 personas); Lourdes (250 personas); San Juan Bautista (250 personas) y Santa María la Mayor (250 personas)". Entonces, siendo presidente de la Fundación Banco de Alimentos de Navarra, Carlos Almagro, se consideró que uno de los ejes claves era la implementación en Tudela de las instalaciones imprescindibles para atender a las personas y a sus beneficiarios de la comarca de La Ribera de Navarra en igualdad de condiciones que a los de otras Comarcas que se atendían desde los almacenes de Pamplona.

Por razones causadas por la distancia de los municipios de la Ribera a Pamplona muchas personas no recibían los alimentos que con periodicidad mensual distribuye el BAN en Pamplona (secos, frutas, verduras y congelados) lo que era causa de una discriminación por motivos económicos externos. En base al proyecto se formalizó el alquiler de la nave utilizada por el BAN en Tudela y se instalaron las estanterías metálicas suficientes para atender a las personas de la zona, se adquirió una carretilla elevadora y se construyó una cámara frigorífica de refrigeración así como otras obras auxiliares.

Maite Mateo, se muestra muy agradecida a todo el entorno del banco de alimentos. "Lo más significativo en estos años ha sido conseguir que todas las familias y personas estén valoradas en su necesidad por los servicios sociales de base correspondientes y que la distribución se ha asumido en muchos sitios por los ayuntamientos, lo que también supone un reconocimiento de que esta ayuda es justicia social".

Maite Mateo es ahora "la más antigua" de los voluntario. "Empecé el 1 de julio de 2013. Me fichó entonces el párroco de la iglesia de San Juan Bautista, Sixto. Europa había quitado sus alimentos a las entidades porque no se hacían valoraciones y los dejaron sin reparto. Al saber que me había jubilado, me llamaron para que les ayudara a hacer papeles y junto con el Ayuntamiento se empezó a hacer la valoración a través de las propias entidades sociales". Más adelante, el sistema informático Aigerus, establecido por BAN para gestionar mejor los datos de entidades, beneficiarios y conjuntamente con los servicios sociales y entidades, facilitó la labor.

Lo que lamentan tanto el presidente del Banco de Alimentos de Navarra, Joaquín Fernández, como Maite Mateo, es la situación que la pandemia del coronavirus está dejando en este caso en la Ribera. "Sólo en Tudela, las personas que necesitan alimentos han aumentado un 36%; en Corella también es impactante, porque de 19 familias se ha pasado a 82. En Cintruénigo tenemos más de 900 personas. Y en estos meses -apunta Maite Mateo-, no se ha parado. No hemos dejado de repartir, con ayuda de Protección Civil o de personas del empleo social protegido, con los voluntarios que se podía y a las entidades que lo pedían y querían, se les ha repartido. No se ha desatendido a nadie y hemos acogido para el reparto a todas las personas que nos derivaban de los Servicios Sociales de Base".

La coordinadora del Banco de Alimentos de Navarra en Tudela no tiene más que agradecimiento "a todos los voluntarios, a lo moteros de Ribaforada que nos ayudan en las recogidas, a la Mancomunidad de la Ribera que cuando puede nos hace el transporte y si no nos lo financia, a los servicios sociales de base que se están preocupando y a todos los que nos ayudan, porque no quiero dejarme a nadie, tenemos una lista muy grande de personas, entidades y empresas que nos apoyan".