l Ayuntamiento de Corella aprobó en pleno el día 15 de abril, unas bases transaccionales con el fin de recuperar la propiedad comunal de Corella. A estas bases se pueden presentar alegaciones hasta el 11 de junio.

La historia es compleja, porque los comunales resultantes del reparto de Montes de Cierzo y Argenzón en 1.902 siempre ha sido un tema complejo y actualmente desconocido. Desde la gestión realizada por la Junta de Gestión de los Montes en época anterior al reparto del comunal, como posteriormente, gestionados ya por los propios Ayuntamientos, no fue la más acertada. Hay que recordar que estos Montes fueron propiedad comunal de gestión conjunta (similar al modelo de las Bardenas Reales) de los municipios de Tudela, Corella, Cintruénigo, Cascante, Fitero, Murchante y Monteagudo, durante más de 250 años. Los Montes, con una extensión de 28.359 Ha. fueron comprados y pagados al Rey Felipe IV en función de la población que tenían cada pueblo en 1665, por 12.000 ducados.

En el reparto de 1902, a Corella le correspondieron casi 5.000 Ha. de los Montes, cantidad que disminuyó con la segregación de Castejón como municipio perteneciente a Corella en 1929. Esta cesión de tierras, entre otros problemas económicos para Corella tras la ruptura, supuso la entrega de casi 1.000 Ha. de comunal al Ayuntamiento de Castejón.

Durante los años 20, 30 y 40 del siglo pasado, la conflictividad de la gestión de las corralizas y comunales, como en el resto de municipio navarros, fue alta. De una forma u otra, se intentó dar alguna solución a los conflictos, sobre todo hasta los años 50 del pasado siglo XX. En los años 50 del SXX, se llegó a un acuerdo entre el Ayuntamiento de Corella y agricultores de Cintruénigo, acuerdo forzado por las circunstancias políticas de la España de aquellos años, pero nunca la Diputación Foral de Navarra, por entender el acuerdo oneroso para los intereses de Corella, ratificó el denominado “Acuerdo de Concordia”. La Diputación y desde la llegada de la democracia el Gobierno de Navarra, era el Órgano Supremo que debía ratificar aquellos acuerdos para ser válidos, pero nunca los autorizó. Y todo, a pesar de los intentos de agricultores y políticos de la época, para que la Diputación los aprobará, colocando al frente de la misma entre 1947 y 1952 a José María Arellano Igea, abogado corellano proclive a ceder los comunales de Corella.

Más tarde, en 1999, el Gobierno de Navarra aprobó el Decreto Foral 217/1997 por el que se pretendió poner en regadío unas 1.000 Ha. en el término de Abatores, tierras pertenecientes a los municipios de Corella, Cintruénigo y Fitero, y provenientes del reparto de los Montes de Cierzo y Argenzón. Poner en regadío aquellas tierras, hubiera supuesto una generación importante de riqueza para los tres pueblos, pero sobre todo para sus vecinos y vecinas. Todo se truncó, porque después de comprobar que había discrepancias sobre la propiedad de la tierra, encargó el Gobierno de Navarra un estudio a la universidad de Zaragoza sobre la naturaleza de la tierra. La conclusión fue muy clara. Los terrenos eran comunales. Ni los ayuntamientos empujaron, ni el Gobierno Navarra se preocupó de buscar una solución y se fue todo el proyecto al garete.

Entendemos y comprendemos la inquietud que puedan tener muchos ciudadanos y ciudadanas con tierras en los Mones de Cierzo y Argenzón, y no podemos hacer otra cosa que tranquilizarles. Les podemos asegurar que no hay ninguna voluntad desde el Ayuntamiento de Corella de quitar a nadie lo que sea suyo, ni de expropiar derechos de nadie. Todo el que tenga un derecho sobre la tierra, que no le quepa ninguna duda de que le será respetado y reconocido. Más aún, en las próximas fechas se les ofrecerá alternativas que consideremos muy ventajosas, y sobre todo, la decisión de acordar será de los/as propietarios de sus derechos y de nadie más.

Para algunas personas, intentar solucionar un problema de este calibre, será interpretado como meterse en un gran charco, pero lo cierto es que, más de veinte años después de aquella ocasión perdida, en la que un acuerdo hubiera puesto en regadío muchas hectáreas de Corella, Cintruénigo y Fitero en el término de Abatores, nos llega una nueva oportunidad con el Canal de Navarra. El Canal regará nuestras tierras en un futuro cercano, pero solo lo podrá hacer, sobre buena parte de las tierras sobre las que el Gobierno de Navarra tiene muy claro que son comunales, si está dirimida la propiedad definitivamente. Si no se le da una solución, nuevamente volveremos a ver pasar el agua sin regar nuestros campos.

Con la aprobación de las bases transaccionales, acordadas con el Gobierno de Navarra, el Ayuntamiento de Corella pretende poner una herramienta que pueda facilitar acuerdos, porque si no actuamos a tiempo y de manera correcta, seguro que lo lamentaremos. Podremos echarle después la culpa como siempre a otros, ya sea al Gobierno de España, el de Navarra, o a aquellos grupos que no quieren el Canal, pero la única responsabilidad será nuestra, de todos y todas los que otra vez, cuando llegan oportunidades de un futuro mejor para el campo, pero ven dificultades, se ponen de perfil y no afrontan por miedo la búsqueda de soluciones, por muy complejas que puedan ser.El autor es concejal de Agricultura de Corella