Alrededor de 20 voluntarios a las órdenes de los arqueólogos Juanjo Bienes y Óscar Sola buscan desde el pasado lunes los restos de lo que podría ser una zona de trabajo y creación de aceite y vino de la época romana. Dado que todo apunta a que este yacimiento estaría relacionado con el antiguo poblado de La Fontaza, ya destruida, podría datarse de los alrededores del siglo I después de Cristo. La zona estaría enmarcado entre el cauce del Ebro y la vía Romana que atravesaba la Ribera desde Corella, pasando por Cascante y Ablitas hasta llegar a Cortes. El yacimiento encontrado, cuya relevancia aún está por analizar, no había sido catalogado por el Gobierno de Navarra.

Los trabajos comenzaron el pasado lunes y se prolongarán hasta el viernes de la semana que viene, teniendo como objetivo en este primer año de trabajo sacar a la superficie las principales estancias para, en próximas campañas, profundizar en sus cimientos y sus significados. En los trabajos colaboran voluntarios de la Asociación Histórica de Buñuel Cabezo del Fraile y una auxiliar de restauración. Hasta el momento una de las piezas más importantes que ha aparecido es un plato entero de cerámica sigilata. Se ha consolidado y extraído, al encontrarse junto con otros restos de cerámica dolia que se empleaba para almacenaje en lugares de trabajo.

En estos primeros días se ha limpiado la zona que podría tener unos 2.000 metros cuadrados y ya se perciben varias estructuras aunque, según explica Bienes "Está todo a nivel muy superficial. Aquí se había llevado mucha tierra por lo que la destrucción ha sido muy potente. Ahora la excavación está siendo muy rápida". Todo apunta, dado los suelos encalados, las formas de los edificios y los restos de cerámica, que era un lugar de fabricación de vino y aceite. "No hay indicios hasta ahora de que sea un lugar de residencia, siendo similar a o encontrado en Cascante y Corella, dentro de ese entramado de villas en torno a las ciudades de la Ribera y la calzada romana que es el verdadero eje vertebrador para sacar los productos a las ciudades", aclara Bienes.

El yacimiento tiene la especial característica de que no estaba catalogado por el Gobierno de Navarra. "Dado el interés de los vecinos y tras el visto bueno del Ayuntamiento y del Gobierno nos pusimos a excavar. Inmediatamente se vio que eran suelos de cronología romana, un lugar de transformación de aceite o de vino y que es algo más grande de lo que parecía". Pese a que había indicios de que se había encontrado cerámica en esta zona, la existencia de sillares y de una construcción la descubrió un vecino, Alfonso Bordonaba, que lo encontró cuando paseaba con su perro. "Buñuel necesita una revisión de los yacimientos existentes porque el que existía está obsoleto. Sabemos de varios que no están datados ni ubicados pero que existen. No sabemos lo que tenemos y podría haber sorpresas", señala Bordonaba, integrante de la Asociación Histórica Cabezo del Fraile de Buñuel.

En 1979 el vecino de Buñuel Cesáreo Oliver documentó y dibujó los restos de un poblado romano en el término de La Fontaza que poco tiempo después se destruyó al hacer unas obras para aplanar tierra para cultivo. La zona donde se hallaron los restos ocupaba una extensión aproximada de una hectárea, pero la villa seguramente era más amplia y pudo quedar partida con la construcción del Canal Imperial de Aragón. Gracias al trabajo de este vecino se pudieron documentar muchos restos. El yacimiento actual se encuentra a 500 metros de La Fontaza. A 8-9 kms al sur de Buñuel pasaba la calzada romana que desde Cascante llegaba hasta Zaragoza. Esta calzada se comenzó a construir en León.