Los ayuntamientos de ocho localidades riberas de muy diversas ideologías políticas (Tudela, Ribaforada, Castejón, Cortes, Cabanillas, Fustiñana, Fontellas y Buñuel) se han unido para pedir una reunión con la CHE, el Gobierno de Navarra y el Estado con la idea de buscar una solución a las inundaciones que sufren estas localidades de forma cada vez más frecuente. Así, Alejandro Toquero (Tudela), Fernando Sierra (Cortes), Mayte Espinosa (Buñuel), Gustavo Rodríguez (Cabanillas), Tirso Calvo (Ribaforada), Sergio Vitas (Fustiñan)a, David Álvarez (Castejón) y Andrés Agorreta (Fontellas) señalan que “se convoque a la mayor brevedad una reunión con las tres partes” para que “situaciones como las vividas en 2013, 2015 o 2018, entre otros, no pueden ser normalizadas. Creemos que es momento de pedir a la CHE, Gobierno de Navarra y Gobierno del Estado que de forma conjunta y coordinada trabajemos sin dilación en soluciones definitivas que pongan remedio a la problemática que estamos viviendo”.

Según señalan, hace dos años, en 2019, tras una reunión con la presidenta de la CHE se tomó la determinación de acometer una serie de actuaciones en los ríos para evitar los daños que de forma recurrente se viene produciendo, pero no se han terminado. En una reunión mantenida entre todas estas partes implicadas abordaron la “necesidad de adoptar medidas en el cauce del río Ebro que ayuden a minimizar el impacto de las posibles avenidas con el fin de que las afectaciones a cascos urbanos, campos, carreteras y servicios fueran las menores posibles. En concreto, las medidas previstas consisten en: continuar desde Castejón con el retranqueo de motas que se inició en Alfaro, la creación de zonas inundables o aliviaderos en varios puntos concretos del cauce del río y plantear limpiezas estratégicas en determinadas zonas bajo criterios técnicos y medioambientales”.

Según los alcaldes y alcadesas, ejecutar estas medidas podría ayudar en gran medida a no tener que adoptar otras de mayor calado “como modificaciones de tramos de carreteras, que serían más costosas en tiempo y dinero y no abordarían el problema de raíz, aunque no las descartamos si las primeras no se ponen en marcha o no son suficientes”.

Por último concluyen que “contra la naturaleza no se puede luchar y querer ganar, somos conscientes”, pero añaden que sí se pueden adoptar medidas que ayuden a minimizar las consecuencias de determinados comportamientos de la naturaleza por cuestiones meteorológicas.