"El hartazgo se está convirtiendo en un tema de salud que va a explotar y vemos que la situación se prolonga. Si no se toman medidas llevaremos el tema a donde tengamos que llevarlo y no nos gusta, ni tenemos tiempo ni ganas, pero si nos obligan lo van a conseguir". Con estas palabras, el vecino de la plaza Mercadal de Tudela, Jesús Álava, se pronunció en nombre de otros habitantes del Casco Antiguo que acudieron el lunes al pleno. En el centro de su protesta: los ruidos, la limpieza y el continuo incumplimiento de algunos bares de las ordenanzas municipales y leyes que obligan a no superar ciertas medidas sonoras o incluso a limpiar la calle antes de cerrar.

Por ello, vecinas y vecinos pidieron a todos los grupos políticos que pongan fin a un problema que se prolonga desde hace décadas en calles como Herrerías, Mercadal o San Jaime. Además de acudir a los tribunales, también indicaron que irán a todos los plenos hasta que se empiecen a tomar medidas que pasan por tres claves: "que se haga cumplir a los bares los requisitos que marca la ley, de insonorización, doble puerta... lo que sea; que se paguen las propuestas de sanción y que se declare el Casco Antiguo zona saturada de bares. Si no se va a acabar abandonando".

El concejal de Urbanismo, Zeus Pérez, les emplazó a una reunión en el que debatirían las posibles mejoras de la ordenanza de ruidos que se llevará al pleno del próximo mes de abril y en la que "se regula la declaración de zona acústicamente saturada; el proceso por el cual se iniciará el procedimiento de la declaración. No solo se mirará no otorgar más licencias sino también reducción de horarios hasta conseguir los niveles que se consideran saludables". Pérez, a pregunta de una vecina aclaró que "a día de hoy no está en ella el planteamiento de que exista una moratoria para dar nuevas licencias". La ordenanza estaba preparada para salir en febrero de 2020 "pero llegó la pandemia y tuvimos que aplazarlo. Si se hubiera regulado años atrás no se habría llegado a este gran problema".

Álava describió cómo ha cambiado el Casco Antiguo, "vine a vivir a la plaza Mercadal hace 15 años, había una pescadería, una tienda de bicicletas, dos tiendas de material eléctrico, dos carpinterías y un restaurante. Hoy hay seis bares, uno de ellos bar especial. Algo estaremos haciendo mal. No estamos en contra de los bares, que quede bien claro. Hay bares que están incumpliendo la normativa y el Ayuntamiento no la está aplicando".

Los presentes relataron cómo en 2019 el defensor del pueblo se puso en contacto con el Ayuntamiento pidiendo medidas correctivas. "Hasta ahora no se ha tomado ninguna medida concreta. Son responsables de proteger el bienestar de todos los vecinos", inquirieron.

Todos hicieron hincapié en la necesidad de luchar por la convivencia entre el ocio y el deseo de los habitantes de vivir en esa zona, "queremos convivencia y equilibrio. Lo han dejado pasar y este tema va a más. No criticamos a la Policía Local pero necesitan más efectivos y mas medios para realizar sonometrías".

Las protestas en el pleno del lunes coincidieron con la ratificación que los tres grupos políticos habían realizado momentos antes con la Asociación de Vecinos del casco Antiguo para respaldar el acuerdo firmado en 2018. En virtud del mismo, además de dedicar cada año 500.000 euros a este barrio los tres se comprometieron a "avanzar en la peatonalización de todo el Casco Antiguo, crear nuevas zonas de aparcamientos disuasorios, como el próximo parking en Terraplén, reducir la población de palomas y cigüeñas, habilitar edificios para uso público, instalación soterrada de fibra óptica, regular la concentración de bares, peñas o cuartos, aplicar la normativa sobre ruidos, adecuar solares como espacios públicos o facilitar su edificación, más mobiliario urbano y arbolado, mejorar el transporte urbano en el barrio y recogida de basuras que permitan descansar a los vecinos.