UNZUÉ - Un grupo de arqueólogos ha descubierto mediante excavaciones los restos del viejo castillo de Guerga, situado en la Peña de Unzué, una cumbre de 990 metros de altura en la sierra de Alaiz (Navarra). Las partes de la construcción que se pueden ver a día de hoy, además de la muralla, son el torreón principal, que se llama torreón del homenaje y es circular, y una habitación labrada en la roca que identifican como la cocina, ya que les han salido huesos de comida entre la tierra. También han encontrado otros objetos como cerámicas y vasijas antiguas.

La empresa que está llevando a cabo este trabajo es Gestión Cultural Larrate, la cual se dedica a la recuperación de los castillos de Navarra. “Promovemos por un lado lo que es el trabajo arqueológico e histórico y por otro animamos a crear asociaciones en los pueblos para que mantengan el cuidado del patrimonio una vez que nosotros nos marchemos, que es fundamental”, explica Iñaki Sagredo, quien coordina y gestiona los trabajos de excavación.

Comenzaron esta iniciativa hace dos años, la cual fue promovida por el Ayuntamiento de Unzué y sobre todo por las responsables de cultura, que “llevan años insistiendo y trabajando de cara, con subvenciones y ayudas económicas, para sacar toda la planta del castillo”, según explica el responsable de la excavación, que reconoce que “da gusto cuando un Ayuntamiento empuja, ya que otros consiguen la subvención y dicen hasta luego, por eso es muy importante que tire”.

Cada año investigan por fases diferentes, tal y como cuenta Julen Azcona, arqueólogo que forma parte del equipo técnico de Gestión Cultural Larrate. Primero hicieron “una limpieza alrededor de la peña” para ver los recorridos y las formas que hace la piedra caliza con fotos cenitales. Luego buscaron otras estructuras que pudieran ser del castillo por otras zonas de la peña. Este año se están centrando en la consolidación de la superficie del torreón y de los muros de alrededor. Para ello están utilizando “argamasa, respetando la forma en la que estaba hecha la que tenía el castillo, y piedras de la propia torre que se cogen del derrumbe”. De esta forma protegen la torre y los montañeros que se acerquen a la Peña podrán verla “a simple vista, sin tener que buscarla”.

voluntarios Para avanzar con la consolidación de la estructura estuvieron desde la semana pasada hasta ayer acudiendo todos los días a la cima de 9.00 a 15.00 horas. Más adelante es posible que tengan que ir a coger medidas, pero de momento terminan ya, explican. Pero todo esto no lo están haciendo solo los arqueólogos. Los vecinos y vecinas de Unzué se están volcando con la excavación y están ayudando en todo lo que pueden. Incluso, según cuenta Iñaki, ha habido veces que se han juntado hasta 30 personas; la mayoría jóvenes, aunque también los mayores han puesto su granito de arena.

Algunos como Asier, Iker, Odei o Ibai se han ofrecido voluntarios para subir a mano unos veinte sacos de arena y cal y bidones de agua desde la zona de los molinos hasta arriba de la Peña. “Es súper valioso. No me he encontrado nunca en ningún sitio tanta gente que suba a echar una mano”, expresa agradecido Iñaki. Su compañero Julen coincide con él y añade que incluso han podido avanzar y sacar más de lo que tenían pensado “gracias a toda la ayuda” que les han prestado. Para que todo vaya bien, los arqueólogos les explican cómo trabajan y qué tienen que hacer.

INVESTIGACIÓN Posiblemente muchas de esas personas de Unzué que han estado ayudando con la excavación alguna vez subieron con anterioridad a la Peña y no se fijaron en que estaban sobre un castillo con mucha historia detrás. Iñaki Sagredo comenta que antes “no se sabía dónde estaba exactamente” y que algunos incluso lo ubicaban en Oricin, un pueblo que está bastante más abajo. “Los castillos roqueros eran muy pequeños, entonces la gente veía una piedra pero no identificaba esto como un castillo”, comenta.

Los arqueólogos se dieron cuenta a raíz de un trabajo de estudio que llevaron a cabo en los años 90 para la publicación Navarra: Castillos que defendieron el Reino. Gracias a la documentación medieval, que sacaron del Archivo General de Comptos en Pamplona, descubrieron restos importantes, como la muralla que hay al otro lado de la torre y que pertenecía al castillo, y pudieron empezar las excavaciones. También hicieron “fotografías del entorno con autogiro, un aparato que es como un pequeño helicóptero casi manual”. Así, mediante la visión, que consideran importante, pudieron identificar estructuras y formas en diferentes zonas del monte, que ahora con el paso del tiempo han podido comprobar que sí pertenecían al castillo de Guerga.

FUTURO Aunque todavía les queda saber la planificación, el coordinador de la excavación señala que tienen previsto terminar el trabajo el año que viene. Su idea, “aunque son muy pocos restos”, es identificar los máximos posibles para luego hacer una reconstrucción virtual y rutas con paneles desde Unzué hasta arriba de la Peña “para que la gente vaya por una pista señalizada hasta el castillo y pueda ver su historia y cómo era”. Uno de esos elementos que les queda pendiente por descubrir es “la cisterna del castillo, el aljibe, que era donde guardaban el agua en caso de asedio”, señalan.