tafalla - Renovando un año más una de las manifestaciones religiosas más antiguas y populares de cuantas se mantienen vigentes en la actualidad en Tafalla, en la mañana del domingo se celebró la conocida como Procesión de los Muros que tiene sus orígenes en los finales del siglo XVI, en 1599, cuando los vecinos, para tratar de salvarse de la peste que se estaba extendiendo en aquellos años por toda la comarca, decidieron rodear con cera bendecida toda la zona amurallada (de ahí viene la denominación de los muros) e implorando al patrono de ciudad, San Sebastián, realizaron fervientes rogativas para solicitarle su protección.

Ese rollo de cera se conserva recogido en una bobina que cada año se saca a la calle en esta procesión portada a hombros por los miembros más jóvenes de la Hermandad de los Doce. El rollo de cera volvió a ser utilizado en varias ocasiones y con similares propósitos durante la segunda mitad del siglo XIX al organizarse rogativas a San Sebastián con diferentes peticiones. Una devoción un tanto incontrolada motivó el hecho de que la bobina de cera fuese reduciendo su extensión al tomar los fieles pequeñas porciones de la misma, lo que obligó a que en el año 1885 se procediese a la renovación parcial del rollo añadiéndole nuevo material y así es como se conserva en la actualidad.

Las cerca de 400 personas que participaron en la procesión de este año se reunieron a las 8 de la mañana en la iglesia de Santa María. En el interior del templo los congregados cantaron inicialmente la Salve a la Virgen de Ujué y tras rezar el primero de los misterios del Santo Rosario dieron comienzo a la procesión para recorrer varias de las calles más céntricas de la localidad.

cortejo Los otros cuatro misterios se rezaron durante el recorrido callejero, al mismo tiempo que se cantaban varias composiciones con letrillas alusivas a San Sebastián. El cortejo que partió desde la iglesia lo iniciaba la cruz parroquial seguida del estandarte de la Asociación de la Aurora seguido del paso con la bobina con el rollo de cera portada a hombros por varios de los componentes de la Hermandad de los Doce, ataviados con las túnicas negras que utilizan durante su peregrinación hasta el santuario de Ujué. También se sacaron los estandartes con la imagen de San Sebastián, de la Virgen de Ujué y de la Cofradía de San Isidro.

A continuación varios jóvenes del grupo scout Ibaialde portaban en andas una talla barroca de principios del siglo XVII policromada con la imagen asaeteada de San Sebastián, seguida de la bandera de la Hermandad de la Pasión y la talla de la Virgen del Rosario. Con los participantes ocupando en dos largas filas las aceras de ambos lados de las calles a lo largo de todo el itinerario, completaban el cortejo tres sacerdotes: el párroco Iñigo Beunza, Javier Ecay y Jesús Giococheta y por último una representación del consistorio tafallés integrada por siete concejales: Amaya Orduña, Leonor Zabalza, Egipto Flamarique y Francisco Sota (UPN) y Esther Iriso, María Pilar Ester e Ignacio Rey (PSN).

auroros Los congregados recorrieron durante más de cuarenta minutos las calles Túbal, Portal Nuevo, placeta de los Auroros, García Goyena, Cuatro Esquinas, Mayor y Santa María, hasta regresar de nuevo al templo parroquial.

En la placeta de los Auroros se realizó una parada para cantar las auroras de la Virgen del Rosario y la de la Procesión de los Muros. Al llegar a la iglesia se cantaron a tres voces las letanías del Rosario en latín.

Una vez finalizada la misa los asistentes pasaron a besar la reliquia con la boina milagrosa de San Sebastián que se guarda dentro de un relicario de plata.