os retos nos han unido, han sido una excusa para hacer cosas en familia y reírnos todos juntos", desliza Itziar Zudaire de Luis, vecina de Berbinzana. Su reflexión prueba que a las restricciones impuestas por el COVID-19 se les puede hacer frente con ingenio y humor, con talento y destreza. Los vecinos de la localidad navarra han participado en varias iniciativas impulsadas desde el Ayuntamiento para "hacer más ameno el confinamiento" que han animado las horas y han alentado el paso de los días. Las limitaciones evidentes que surgen al no poder salir de casa han hecho que en el pueblo broten la creatividad y la inventiva. Los berbinzaneses han participado en los diversos desafíos que han surgido en las últimas tres semanas en el municipio.

"Todos los meses organizamos una actividad enmarcada en la programación del Museo de Las Eretas y para esta ocasión decidimos iniciar un proyecto relacionado con la situación que estamos viviendo", precisa Edurne Chocarro, una de las impulsoras de los retos, quien junto a Izaskun Díez y Asier Díez -concejal de Cultura- concibieron los retos del pueblo.

"Estamos de confinamiento pero no es excusa para que perdamos el humor", señalan, y bajo este precepto los tres organizadores animaron a los vecinos a colaborar en Encerrados en Berbinzana, un concurso fotográfico abierto a todos los nacidos en el pueblo, tanto si viven en la localidad como si están pasando la cuarentena en otro lugar. De esta manera, enviaron divertidas instantáneas en las que se muestra cómo digieren las horas en sus casas, cómo se entretienen y encuentran divertimento sin salir de ellas. Con todo ese material los organizadores han realizado un vídeo para sus vecinos.

"Es una manera de ocupar el tiempo, de animarse y movilizarse", apunta Itziar Zudaire de Luis, vecina participante, que destaca "el trabajazo que se han tomado los organizadores en pensar las ideas". La segunda iniciativa llegó con la intención de poner a bailar al pueblo. "Dejad la vergüenza fuera de casa, pasad un buen rato y pensad en la sonrisa del resto de vecinos al veros", leía el comunicado que invitaba a bailar cada uno una parte de la canción Vivir mi vida.

"Llevamos mucho tiempo sin vernos y hacerlo, aunque sea a través de los vídeos, hace mucha ilusión", confiesa Beatriz Aragón, otra de las vecinas participantes. Esta iniciativa se ha convertido en una manera de convivir, adaptándose al entorno en el que hay que moverse, con los vecinos que viven en la calle, el piso o el barrio de al lado, a través de las pantallas. "Alguna lágrima se ha escapado viendo los vídeos", reconoce Aragón. "Es una manera de evadirnos de la situación", admite, y recalca que durante estos días "se nota más unión en el pueblo".

"En mi familia cada vez que llega uno de los vídeos es un acontecimiento, nos reímos a carcajadas, nos hace disfrutar", concluye Itziar Zudaire de Luis. El último reto fue un homenaje al equipo de fútbol local que iba a jugar una final el próximo 9 de abril. "Cerca de 25 personas mandaron vídeos con carteles animándolos", concluye Edurne Chocarro.