a Zona Básica de Salud de Artajona concentra uno de los porcentajes más elevados de positivos en Navarra con 19,75 casos por cada 1.000 habitantes, dato que preocupa a nivel general y que puso desde el principio la atención sobre la residencia de ancianos de la localidad.

El centro para la tercera edad Virgen de Jerusalén, en el que viven 40 personas, trabaja desde el inicio de la pandemia "en coordinación con el Gobierno de Navarra". Misael Narros, miembro del equipo directivo de la residencia, afirma que la situación ahora "es de estabilidad, centrados en cuidar a las personas que viven aquí y a sus familias".

El paso de las semanas y la sucesión de protocolos ha instaurado una nueva rutina de trabajo en el centro, que tiene como base la protección y el cuidado de los residentes. "Esta es su casa, su hogar y nuestra responsabilidad siempre ha sido proteger en lo posible frente a la propagación del virus, tanto a los residentes como a los trabajadores", describe Misael Narros. Una vez establecidos los protocolos, la estrategia de trabajo del día a día es la misma a la que se acogían antes de la crisis, manteniendo en el centro de prioridades el "cuidado a nivel sanitario y a nivel social de todos los residentes".

"Estoy muy contenta porque me han hecho la prueba y voy a poder salir de mi habitación", ríe Alicia Macua Suescun, residente en Virgen de Jerusalén. Después de un mes en aislamiento, Alicia tiene claro qué va a hacer ahora que ya se encuentra "muy bien". "Quiero volver a estar con mis amigas, tengo ganas de arreglarme, pintarme, bailar y cantar", asiente Alicia, haciendo gala de la alegría que, como ella misma reconoce, le caracteriza. Ella, residente de 69 años, ha sido una de las personas que ha pasado el coronavirus y lo ha superado en la residencia. "Solo tuve un catarro y un día con fiebre, no noté ningún síntoma más", recuerda Alicia, quien afirma que "no fui consciente de lo malica que estaba". La recuperación ha sido lenta, porque no terminaba de oxigenar bien, pero satisfactoria. Hoy ya no tiene molestias.

"El trato en la residencia ha sido estupendo, no solo me han cuidado, también me han escuchado y me ayudó mucho poder hacer videollamadas con mis hijas porque al verme se quedaban contentas y tranquilas", detalla Alicia. Una de las premisas más firmes en este centro de mayores es el de combinar la seguridad con el cariño, un trabajo incansable para "intentar dar normalidad a la vida de los residentes, dentro de una situación fuera de lo normal". El goteo permanente de información entre la residencia y los familiares ha sido esencial durante este mes de incertidumbre. "Lo hemos vivido con mucha tristeza al no poder estar cerca de ella, pero a la vez muy tranquilas porque sabemos que está en las mejores manos", detalla Sonia Cuadrado Zárate, hija de Carmen Zárate, una de las residentes, también recuperada.

"Desde el primer día nos mantuvieron informadas, ella ha estado bien atendida, pero nosotras también", dilucida Sonia Cuadrado. Los familiares de los ancianos han tenido que convivir durante este mes con la incertidumbre de un virus desconocido y la pena de no poder ver físicamente a sus ancianos. Pili Huarte, hija de Carmen Yoldi, residente en el centro artajonés, es una de esas familiares a las que en un primer momento le acogió la intranquilidad y la preocupación. "Cuando empezó con fiebre y dio positivo nos preocupamos", comenta Pili Huarte y reconoce que lo más duro "ha sido no poder estar con ella y no saber cuándo vamos a poder volver a estarlo". El 12 de marzo fue el último día que pudo ir a la residencia a ver a Carmen, que hoy puede decir que ha vencido al coronavirus. "Lo primero que haré cuando se recupere la normalidad será ir a darle un achuchón y agradecer a todo el personal que se está portando como una familia con ella", comenta Pili Huarte.

"Hay que ser responsables por nuestras familias, amigos y vecinos, que, aunque sea muy aburrido quedarse en casa hay que hacerlo, porque yo veo todos los días el esfuerzo que hacen aquí y hay que devolvérselo", enfatiza Alicia Macua, que, tras luchar y vencer al coronavirus, espera poder pronto poder salir con sus compañeros.

"Tuve un catarro y fiebre, no fui consciente de que estaba tan malica"

Residente recuperada