El pasado mes de enero los vecinos de la Valdorba se unieron en la plataforma Gazteluzar, una iniciativa que se opone a la instalación de dos nuevos polígonos eólicos en la zona. Ahora, en su primera rueda de prensa, han expuesto los motivos que les ha llevado a la creación de la organización vecinal y las razones por las que se sitúan en contra de la implantación eólica en sus montes.

Los miembros de Gazteluzar afirman que "hace poco tiempo" supieron del interés de Acciona por colocar nuevos polígonos eólicos en el municipio de Leoz, noticia que, según han afirmado Maider Zabalza y Esther Osés durante la rueda de prensa, "recibieron con estupor y preocupación".

En concreto, el plan, anunciaron, es el de instalar 18 molinos, de 230 metros cada uno, divididos en dos parques. Molinos que son "considerablemente más grandes de lo que hasta ahora habíamos visto". "Nuestro territorio ya está repleto de molinos, hace ya 20 años que el horizonte incluye aspas y luces rojas en nuestro valle, un valle que ocupa apenas el 2% de la superficie de Navarra y produce el 20% de su energía eólica", desvela Esther Osés.

Desde Gazteluzar defienden el progreso y las energías renovables, conscientes "de la necesidad urgente de buscar soluciones a la crisis ambiental y energética", pero consideran que lo que se plantea en sus montes no es "la manera de alcanzar tan loable objetivo". "Las energías renovables implantadas de manera masiva, caótica y sin un planeamiento adecuado no son sino otra forma de negocio de las grandes empresas", asevera Osés y afirma que las administraciones "permiten intervenciones excesivas".

Instan a la Administración a frenar la vorágine de proyectos propuestos, a falta de una "estrategia energética ordenada, ambiental y socialmente admisible para dar respuesta a la crisis energética, trabajando desde los cimientos y no desde el tejado".

Protección del entorno rural

Consideran que cada vez se evidencia más el efecto negativo que las eólicas tienen sobre la biodiversidad, afectando especialmente a aves y murciélagos, y también "a muchas otras especies en los procesos de acceso e intervención" que se implican durante la instalación.

"Nosotros y nosotras elegimos el mundo rural, escogimos esta vida con sus pros y sus contras, es una apuesta que hicimos y que seguimos defendiendo", adelanta Osés, y afirma que ven "con ilusión" cómo cada vez son más quienes visitan los pueblos. "Pero cuesta creer que de nada sirve el trabajo hecho en estos entornos, que el despoblamiento en realidad preocupe tanto, y que poco importan nuestra opinión y los efectos que una intervención de este tipo tendría en nuestras vidas y en las de quienes sienten como suyos nuestros paisajes", anota Osés.