Un espacio para el arte, un entorno para la ciencia, un lugar para la creatividad. Genios Geniales es el punto en el que todos los caminos llegan a una intersección, donde todas las habilidades se presuponen válidas y en el que se fomentan las capacidades de todos los vecinos de Artajona. Una asociación sin ánimo de lucro que se rige por una única máxima: desarrollar la creatividad y la búsqueda del talento personal a través de experiencias.

A los pies del Cerco, la fortificación medieval que vigila el pueblo, se reúnen, en el edificio del antiguo colegio de los Sagrados Corazones, personas de todas las edades para el desarrollo de diferentes actividades y talleres. Aunque hay grupos orientados en exclusiva a los más pequeños, en Genios Geniales caben todos los vecinos, todos los que quieran ser parte de una educación sin corsés ni limitaciones. La dinámica iniciada por los seis docentes que impulsaron el proyecto en 2016 se basa en la introducción de metodologías educativas innovadoras, basadas en la teoría de inteligencias múltiples, de Howard Gardner.

“Creemos que no todos somos iguales y, como docentes que también trabajan en la enseñanza tradicional, vemos que el mundo educativo guía a los niños hacia el mismo lugar, fomentando el desarrollo en una única dirección y dejando de lado habilidades más creativas”, aduce César Jimeno, uno de los maestros del proyecto, y apunta que “es como si todos los niños tuviesen que ser iguales, y si alguno destaca en una habilidad diferente -que no sean Matemáticas y Lengua- lo reconducimos hacia la idea que tenemos de lo que debe ser”. “En vez de reforzar lo que se les da mal, hay que reforzar lo que se les da bien, porque ahí es donde van a desarrollar su talento”, remata Beatriz Jimeno.

Sara Ganuza, Beatriz Jimeno, César Jimeno, Nuria Echarri, Ana Catalán y Silvia Jimeno, todos maestros de profesión, crearon este proyecto ante “la falta de recursos” en el sistema académico imperante, basado en la uniformidad de la formación, sin tener en cuenta las necesidades y aspiraciones de cada niño en concreto. Así se forjaron los primeros talleres científicos, que luego han derivado en actividades variadas, de diferentes ámbitos, pero siempre valiéndose de las metodologías activas, en las que la persona tiene que reflexionar al mismo tiempo que aprende. “La idea es que en el proceso de aprendizaje cada uno se busque a sí mismo y sepa cuáles son sus puntos fuertes y cuáles los menos, analizando qué está aprendiendo y cómo”, refiere Nuria Echarri.

Un cuento musical

Y llegó la pandemia. El trabajo común de los talleres, en el que se primaba el encuentro y donde todo se compartía, quedó dinamitado, obligando a los docentes a crear nuevos proyectos compatibles con la realidad sanitaria. Así nació uno de sus grandes proyectos, un cuento musical en el que han trabajado durante el último año y que ahora ve la luz. Tras muchas pruebas piloto, maquetas y “después de darle muchas vueltas”, se publica '¿A dónde vais?', una iniciativa que “es mucho más que un cuento”.

Este proyecto consta de tres partes, una primera en la que está el cuento musical, una segunda con un kit de materiales necesarios para elaborar un proyecto y una última con los vídeos, a los que se accede mediante un código QR, para poder construir el proyecto. A través de esta iniciativa, elaborada por ellos mismos, se trabaja la inteligencia emocional, musical, matemática, visual-espacial, naturalista, cinético-corporal y lingüística.

Nacieron como una vía hacia la educación inclusiva, donde “incentivar el desarrollo personal” de quienes acudieran a las actividades y, manteniendo este precepto, se han volcado en el crecimiento del pueblo, con la institución de la escuela Genios Geniales, los talleres científicos, las actividades de colaboradores y la formación metodológica.