Pamplona ha amanecido este martes, 7 de julio, festividad de San Fermín, tranquila, sin el encierro que debería haber congregado a miles de personas en las calles de Pamplona y sin el ambiente festivo que reina cualquier año en este mismo día.

La suspensión de los Sanfermines debido a la pandemia de Covid-19 ha alterado el aspecto de Pamplona en estas fechas, en las que la ciudadanía se viste de blanco y rojo y una multitud llena las calles del centro.

Tras la mañana del día 6, sin chupinazo y sin aglomeraciones, la Policía Municipal de Pamplona mantuvo por la tarde y por la noche el control de aforos en zonas en el Casco Antiguo con el objetivo de que se cumpla la normativa sanitaria. Así, en lugares como Navarrería, Jarauta, Calderería y Estafeta ha sido necesario cerrar el tránsito peatonal en algunos momentos puntuales.

A la mañana, algunos vecinos se han acercado a la hornacina de San Fermín en la cuesta de Santo Domingo para recordar el encierro que debería haberse celebrado este martes a las 8 horas, de haber habido fiestas. Pero el aspecto de la ciudad este 7 de julio no se corresponde con el de cualquier otro año, ya que reina la tranquilidad y el silencio.

El Arzobispado ha decidido mantener la celebración de la misa en honor a San Fermín este martes a las 11 horas, aunque se con aforo limitado a 282 personas y con el uso obligatorio de mascarilla.

El Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra han coincido en expresar su satisfacción por la tranquilidad que se vivió el 6 de julio en las calles de Pamplona y han agradecido la "respuesta ejemplar" de la ciudadanía, aunque han llamado a mantener esa actitud en los próximos días.

El Consistorio desplegó el lunes a las 12 horas, hora en el que debería haberse lanzado el chupinazo, un gran pañuelo en la fachada de la Casa Consistorial con el mensaje #LosViviremos, animando a la ciudadanía a esperar a 2021 para festejar las fiestas.

Además, el Consistorio pamplonés ilumina del 6 al 14 de julio la fachada de la Casa Consistorial de rojo, uno de los colores, junto con el blanco, que identifican las fiestas de San Fermín. Así, cada noche, se realizará un recuerdo a las fiestas que este año no han podido celebrarse.