“Hay documentadas cinco extinciones masivas en la Tierra. Nuestras condiciones de vida han mejorado a costa del planeta y nos acercamos a esa sexta extinción. No tengo intención de ser apocalíptico sino de mostrar que las empresas tienen una oportunidad de ofrecer soluciones al reto más grave al que se enfrenta la sociedad”. El presidente y CEO de Acciona, José Manuel Entrecanales, pronunció estas palabras en una conferencia impartida el pasado 30 de mayo en Huarte durante la asamblea anual de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (Adefan). La Tierra no habla pero responde a las acciones perpetradas por los seres humanos, que compiten entre ellos en su afán de convertir a sus países en las principales potencias económicas: quien tiene el dinero tiene el poder. Pero de qué sirve ostentar esta etiqueta si se obtiene a base de maltratar el planeta en el que uno habita. Carece de lógica, ya que no creo que “el fin justifica los medios”, por mucho que así lo defendiera Maquiavelo.

El calentamiento global existe, y como ejemplo, desde el año pasado tanto Navarra como el resto de comunidades autónomas lo están padeciendo con una larga sequía. En nuestro territorio la falta de agua ha dañado el sector primario, tanto las campañas de cultivos –con más de 40.000 hectáreas de cereal perjudicadas– y otras 16.000 por el pedrisco, como la viabilidad de explotaciones ganaderas, abocadas en algunos casos a sacrificar reses por la falta de alimento para todos los animales. Las personas agricultoras y ganaderas van a tener que amoldarse al cambio climático, ya que estos episodios tenderán a repetirse. Incluso este año se ha producido un fenómeno que hasta ahora se desconocía: la coincidencia de la sequía y el pedrisco. Y en 2023 se une a todo esto El Niño, una alteración de origen climático relacionado con el calentamiento del océano pacífico oriental ecuatorial, que se manifiesta de manera cíclica, y a nivel mundial provoca intensas precipitaciones, y por consiguiente inundaciones, episodios de sequías, incendios forestales y, a su vez, escasez de alimentos y enfermedades. Además, en esta ocasión habrá que estar atentos a las consecuencias de la combinación del calentamiento global con El Niño. Barrunto que nada bueno.

El consejero en funciones de Desarrollo Económico y Empresarial, Mikel Irujo, durante su etapa como delegado del Gobierno en Bruselas (2015-2019) ya hablaba de la estrategia de la Unión Europea, de su apuesta por convertir el continente en un pulmón verde en el planeta. Para ello cada región diseñó su plan de acción. Hacia 2007 el académico suizo Dominique Forayelaboró una metodología para desarrollar modelos económicos que denominó: Estrategia de Especialización Inteligente, conocida como la S3 por sus siglas en inglés, Smart Specialisation Strategies. Foray propuso que cada región apostara por elegir un determinado número de sectores económicos sobre los que se promoviera la inversión, la innovación y la competitividad para favorecer así su bienestar social. La UE se mostró partidaria de desarrollar esa teoría en todas sus regiones. Por eso, en 2013 el reglamento base de los fondos estructurales incorporó la confección de la Estrategia de Especialización Inteligente en cada territorio como condición obligatoria para obtener las correspondientes partidas económicas.

En 2021, el Gobierno de coalición entre el PSN, Geroa Bai y Podemos actualizó la estrategia navarra para introducir la sostenibilidad ambiental como nuevo eje de actuación en sus seis sectores: movilidad eléctrica y conectada; alimentación saludable y sostenible; industria de la energía verde; medicina personalizada; industria audiovisual y turismo sostenible. De la S3 se pasó a la S4, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 de la ONU. Y los seis sectores se apoyaron en dos ejes transversales: la transición ecológica y digital, para los que la UE ha destinado una millonaria cantidad de fondos y así ayudar a las economías de sus regiones a confeccionar ese pulmón en el continente.

En esa corriente económica, que apuesta de manera sólida por el verde, se incorporan conceptos como la economía circular –aquí surge Navarra Zirkular–, y proyectos de emprendimiento vinculados a esa transformación y modelo que valora al planeta, entre infinidad de acciones. Mucho por hacer. ¿Estaremos a tiempo? La Tierra lo dirá.