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Kiko Taxi no circula hoy

Kiko Taxi no circula hoyRedaccion DNN

Y no volverá a hacerlo, muy a nuestro pesar que es el de muchos, el de todos los que le conocían, simpático, amable, servicial, a todas horas, el taxista de Elizondo, el más rockero del Valle de Baztan y la cuenca del Bidasoa, un luchador hasta el último momento. Se nos ha ido Francisco Satrustegui Zugarramurdi, para todos Kiko, después de años de pelear con una entereza ejemplar contra esa bestia brutal e insaciable que no cesa día va y día viene de arrebatarnos lo más querido.

Ha sido, y se ha portado como tal, todo un hombre, serio y cumplidor en la “chamba”, sufrido cuando le ha tocado, y también un chiquillo, alegre y dicharachero, que nunca dejó de ser niño para sus amigos que le recordamos en aquel tiempo tan feliz en el que nos juntábamos de cuando en vez para dar matarile a unos langostinos que habían pasado por allí, o simplemente unos huevos fritos que le gustaban “con puntilla” y de los espárragos, “las yemas”; eso antes de la aventura mexicana, cuando todos éramos más jóvenes.

Visto que aquí no había nada, intentó la emigración americana, primero en San Francisco (California) y luego en el Distrito Federal de México durante unos años que coincidieron con una fuerte recesión del país azteca pero donde le sonrió la gran fortuna de conocer y unirse a su querida Delia. Volvieron a Elizondo y se montó en su Kiko Taxi que hizo popular enseguida, gracias a su amabilidad y simpatía, todas las horas que hiciera falta, en cualquier recorrido.

Fueran largos o cortos, veinte años de Kiko Taxi como los que estableció desde la plaza de Elizondo hasta la sala de fiestas Lur, apenas un kilómetro, que tanto ayudaron a evitar problemas de alcoholemía, tan querido por la gente joven que en su taxi se veía en su elemento y veía en él a uno de ellos, a un amigo siempre tan comprensivo que les obsequiaba con la música de su gusto. ¿Y cómo no si era el primer rockero, asiduo todos los años del Azkena Rock con su cuadrilla de amigos de Elizondo?

La mala suerte se cebó esta vez con él pero la ha soportado hasta el final con paciencia y entereza ejemplar, como el luchador que era. “Ando un poco flojo pero voy mejor, después de un mes ingresado he perdido algo y ahora toca recuperar otra vez” nos decía hace nada, que no ha podido ser y se nos ha ido. Sus amigos nos hemos quedado aquí haciendo tiempo, Kiko, tanto como le hemos querido, dolidos por su ausencia y porque no volveremos a verle, conscientes y resignados al saber que Kiko Taxi ya no circula. Y sentimos una pena muy grande, infinita. Descansa en paz.