El periodismo riojano amaneció de luto el domingo, 12 de noviembre, por el fallecimiento de Ignacio Esarte Muniain, de 82 años, el primero y el decano de los registrados en el Colegio de Periodistas de La Rioja y también el primer baztandarra licenciado en Periodismo, ahora Ciencias de la Información. Era un histórico, bregado en tiempos de aquellas vetustas máquinas de escribir, tinta y plomo de los caracteres de linotipia hoy cosa de museo, primero en la Editorial Católica, en La Verdad de Murcia, hasta su prolongada carrera final durante décadas en la Nueva Rioja, luego Diario La Rioja, hasta su jubilación.

El propio Colegio de Periodistas de La Rioja emitió un sentido comunicado en el que recuerda el compromiso de Ignacio Esarte con la profesión, pues pertenecía a la Asociación de la Prensa desde hacía 55 años. “Ignacio era (además de un hombre maravilloso, un marido entregado y un padre orgulloso) el mejor asociado posible. Comprometido y agradecido con el trabajo de las sucesivas Juntas, su trabajo profesional le ocupó durante muchos años gran parte de su tiempo a horas que le impedían llevar una vida social al uso ya que se encargaba del cierre de la edición del periódico La Rioja donde terminó su carrera profesional”, destaca el organismo.

A pesar de su retiro profesional, “nunca dejó de colaborar con la Asociacion de la Prensa, ejerciendo siempre su voto o delegándolo si no podía acudir a cuantos actos podía o apoyando lo que lo demás hacían consciente del esfuerzo desinteresado de los compañeros que trabajaban en la Junta y visitando nuestra Casa prácticamente todos los meses desde que se lo permitía la jubilación”, apunta la Casa de Periodistas. El organismo subraya que “nos deja un maravilloso compañero, Ignacico como sus compañeros le decían con cariño, un periodista de los pies a la cabeza, minucioso y cabal, un hombre agradecido y tremendamente cariñoso al que echaremos mucho de menos en esta Casa”.

Ignacio Esarte había nacido en Elizondo, riojano de adopción y de corazón, estudió en el Colegio de Lekaroz (1956) y era uno de esos periodistas de raza formados académicamente en las prestigiosas escuelas de periodismo previas a las facultades. El mundo del motor fue una de sus grandes pasiones, un sector del que fue pionero en La Rioja, tanto en las páginas de este periódico como en la publicación “Centro de chóferes”, que dirigió durante años. Hombre de gran sentido humanitario, cuidó con especial mimo la llamada Hucha popular, una iniciativa benéfica de gran difusión e impacto social, que allegaba recursos de primera necesidad a los ciudadanos más desfavorecidos.

“Andar mucho, hacer la calle que es donde pasan las cosas y observar lo que ocurre; esto es como ser médico, eres periodista las 24 horas del día”, le recordamos, en una de sus visitas a Elizondo en sus primeros años de profesión. Fue uno de los más entusiastas miembros de la Asociación de la Prensa de La Rioja, a la que pertenecía desde hacía 55 años y con la que colaboraba frecuentemente, y cuando se constituyó el Colegio de Periodistas de La Rioja, Ignacio Esarte recibió el carnet número uno. Hijo de Anunciación y Santiago, había nacido en la calle Braulio Iriarte, la antigua “calle del Sol” de Elizondo, era hermano de Pedro Mari, Mari Carmen, Joaquín, Santi y Jesús Mari, estaba casado con Mary Sol Sánchez Casanova, tenía dos hijos, Puy y Cali, y dos nietos, Leyre y Ángel. Descanse en paz.